Los pañales usados podrían ser aprovechados en la fabricación de cemento. Esta es la propuesta cuando menos sorprendente que hace un equipo de investigadores japoneses y que, en un artículo publicado a ‘Scientific repuertos’, explican cómo podría ser una manera prometedora de reciclar estos residuos que, a día de hoy, solo son tratados correctamente en los países desarrollados a pesar de que, en realidad, son utilizados habitualmente a una parte mucho más grande del mundo.
Una solución para varios grandes problemas
Los científicos han mirado de encontrar una solución en varios problemas. Uno, está claro, es la acumulación de pañales usados a vertederos o, incluso, que vayan a parar en los ríos y en el mar. El otro, es la sostenibilidad en la construcción. Las Naciones Unidas hace décadas que recomiendan usar materiales locales, de precio bajo y respetuosos con el medio ambiente para los edificios y, en este sentido, usar desechos no biodegradables es una opción que se ha estudiado bastante durante los últimos años.
En este caso, se trata de limpiar y desinfectar los pañales y incorporarlos tanto al hormigón como al mortero. Según afirman los desarrolladores de esta idea, el resultado sería un material de construcción que cumpliría los requisitos de países como por ejemplo Indonesia, donde además hay una gran necesidad de viviendas abajo coste.
Una propuesta muy atractiva
Los pañales se limpian, se secan y se usa sal para eliminar las bacterias, consiguiendo que no tengan más microbios que un pañal sin usar. Su papel es sustituir la arena, uno de los ingredientes del cemento, y los cálculos que han hecho los científicos apuntan que, si bien el mortero para elementos estructurales no puede tener más de un 10% de pañales, los que se usa para tabiques y otros elementos con menos carga podría tener una composición de hasta un 40% de pañales.
La idea, a pesar de que sea soprenent, podría ser una gran ayuda por reducir el precio de los materiales de construcción en algunos países del mundo como, también, para evitar que los pañales acaben en vertederos o bien en incineradoras, con los efectos conocido tanto en el medio ambiente como en el calentamiento global.
