Un nuevo análisis del famoso cuadro ‘La ronda nocturna’ de Rembrandt ha permitido descubrir un secreto escondido bajo la pintura y resolver uno de los grandes misterios que rodeaba la obra, una de las grandes obras maestras del siglo XVII. Completado el 1642, este cuadro de gran formato muestra un grupo de milicianos neerlandeses reunidos en una habitación, preparados para salir a defender su ciudad.
En una demostración de la mestria de este gran artista del Barroco en el uso de la luz y las sombras, los rostros y las manos de los protagonistas aparecen iluminados mientras que sus cuerpos y la habitación donde son están a la penumbra, escondidos. Bajo suyo, pero, todavía había más cosas escondidas, tal como revela un equipo de investigadores en un artículo publicado a ‘Science Advances’: una capa llena de plomo.
El misterio de la ausencia de cola
Hasta ahora nunca se había combinado los rayos X y la espectroscopia con la reconstrucción digital en 3D para estudiar ‘La ronda nocturna’, y hacerlo ha permitido descubrir esta capa que se desconocía hasta ahora pero que resuelve uno de los enigmas que rodeaba esta pintura: la ausencia de una capa de cola que servía como imprimació para el lienzo.

Un alternativa para proteger el cuadro de la humedad
Según parece, Rembrandt podría haber sustituido esta técnica, bastante empleada en su época, por una capa saturada con plomo, para proteger mejor la obra de la humedad. Al fin y al cabo, el primer lugar donde fue colgada fue al Kloveniersdoelen de Ámsterdam, el cuartel general de la guardia cívica de la ciudad, en una pared ante una fila de ventanas. Todo un ejemplo de cómo, además de un genio de la pintura, Rembrandt también se atrevía a explorar nuevas posibilidades para plasmar el mejor posible su visión.
Una gran operación de restauración y análisis
Este descubrimiento ha estado parte de un proyecto de conservación y análisis denominado ‘Operación Guardia Nocturna’, iniciado por el Rijksmuseum de Ámsterdam el 2019 y que tiene por objetivo restaurar y analizar la obra de arte, conociéndola a fondo y permitiendo que se mantenga en las mejores condiciones posibles durante mucho más tiempos. En este marco, se hicieron grandes escáneres y espectroscopias de la pintura y, gracias a esto y a una muestra física minúscula, se ha podido reconstruir ‘La guardia nocturna’ en tres dimensiones, capa a capa y con todos sus materiales.