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La ‘niebla’ de los cuadros de Monet y Turner era polución del aire

La famosa ‘niebla’ de los cuadros del pintor francés Claude Monet y del inglés J.M.W. Turner podría ser, en realidad, una señal de la polución del aire que se estaba apoderando de todo el mundo industrializado desde hacía medio siglo. Esto, cuando menos, es el que afirma un equipo de investigadores en un artículo publicado a ‘PNAS’ donde afirman que el humo de las fábricas, las locomotoras y los barcos es el origen de este rasgo tan característico de su obra.

Pistas a las cartas de Monet

La idea que fundamenta este estudio proviene de los viajes que hizo Monet en Londres entre 1899 y 1901, durante los cuales pintó más de 100 cuadros. En una carta a su mujer en uno de estos momentos, lamentaba que el mal tiempo no lo dejaba pintar y, también, que «todo es cómo si estuviera muerto, sin trenes, sin humo, sin barcos, nada que excite un poco la imaginación».

A raíz de aquí, los investigadores empezaron a trabajar para ver si, como han afirmado algunos historiadores del arte, la ‘niebla’ de Monet era, al fin y al cabo, humo de la combustión del carbón. Una teoría, basada en su evolución estilística, que también se puede aplicar a otros pintores como Turner. El paso de la figuración a un estilo más impresionista, la ampliación de los colores… todo ello, creen, coincide con la manera como la polución del aire hace cambiar la luz, y podría convertirlos no solo en grandes pintores de pleno derecho sino en documentadors de la proliferación de la contaminación ambiental durante la Revolución Industrial.

El estilo de Turner, anterior a Monet, también evolucionó, como su interés por el cielo, a medida que la contaminación se hacía omnipresente
El estilo de Turner, anterior a Monet, también evolucionó, como su interés por el cielo, a medida que la contaminación se hacía omnipresente

Un estudio de obras de entre 1796 y 1901

El estudio, al fin y al cabo, cubre un periodo de entre 1796 y 1901, en que el uso del vapor, y por tanto del consumo de carbón, aumentó enormemente. Además, el hecho que ambos pintores repitieran varias veces los mismos motivos y paisajes puede servir para establecer comparativas. Al fin y al cabo, el carbón crea una niebla negra y oscura que, además, causó problemas de salud muy extendidos, especialmente en Inglaterra, durante décadas.

Este tipo de contaminación, como la mayoría de polución del aire, hace que los objetos se vean más borrosos, con los márgenes menos definidos y con un tono más blanquecino, puesto que las partículas reflejan todos los espectros de la luz visible. Teniendo en cuenta estos indicadores y dándolos valores numéricos, los investigadores los compararon con las estimaciones de la evolución histórica de la polución. Los resultados, como explican los autores, coinciden mucho.

Una crónica del auge de la polución ambiental

Así pues, las obras de estos dos pintores son una crónica de los cambios en la contaminación del aire, especialmente del dióxido de azufre, causando tanto de la lluvia ácida como de problemas respiratorios. De hecho, teniendo en cuenta que Monet pintaba casi siempre a París y Turner en Londres, se ha podido comprobar como los cambios en su manera de pintar coinciden con el auge de la contaminación a cada uno de estos dos lugares.

Otro indicio significativo es la manera como trabajaban ambos artistas. Si Turner se interesó en el conocimiento del cielo, Monet hablaba directamente de la influencia de la contaminación en su creatividad e incluso visitó varias veces Londres, donde la polución era mucho más presente. Así, a pesar de los problemas de la polución ambiental, que continúan hasta día de hoy, cuando menos en estos dos casos sirvieron para crear algunas de las obras pictóricas más significativas de finales del siglo XIX.

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