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Descubren el secreto de la pintura de grandes maestros como Da Vinci

Los grandes maestros de la pintura como Leonardo da Vinci, Sandro Botticcelli o Rembrandt usaban proteínas como por ejemplo la de la yema de huevo para la pintura que empleaban en sus obras. Según un nuevo estudio publicado en ‘Nature Communications’, este es uno de los secretos de sus cuadros al óleo, en un descubrimiento que aporta una nueva perspectiva a la comprensión de cómo trabajaban los grandes pintores europeos de los siglos XVI, XVII y XVIII.

Beneficios mucho más allá de la estética

A pesar de que se habían encontrado rastros residuales de proteína en los análisis de muchos cuadros de la época, hasta ahora los investigadores pensaban que habían llegado por una transferencia accidental. Hasta ahora, además, no había ni muchas fuentes escritas ni trabajos científicos que permitieran estudiar este asunto. Este último trabajo, pero, demuestra que con un poco de yema de huevo las propiedades de la pintura al óleo cambian enormemente y con efectos que van mucho más allá del resultado puramente artístico.

El uso de la yema de huevo cambia las propiedades de la pintura al óleo | rawpixel
El uso de la yema de huevo cambia las propiedades de la pintura al óleo | rawpixel

Los inconvenientes de la pintura al óleo

La pintura al óleo usa óleo de cártamo o de lino para conseguir colores intensos y con transiciones suaves y, además, se puede usar durante más tiempo porque tarda a secarse. Sin embargo, también se oscurece más rápidamente y es mucho más susceptible a los daños que puede causar la luz, en comparación con otros sistemas. Así pues, es posible que, en un proceso artesanal y experimental como el de elaborar pinturas en aquella época, acabaran añadiendo yema de huevo. Según parece, de hecho, este aditivo apareció en el siglo VII en la Asia Central y, con el paso de los años, se esparció por el norte de Europa y llegó a Italia durante el Renacimiento.

Recreando la pintura renacentista

En esta investigación, se ha recreado el proceso de elaboración de la pintura con yema de huevo, agua destilada, aceite de lino y pigmento, viendo como añadir este primer ingrediente produce cambios muy importantes en sus propiedades. De entrada, los antioxidantes de la yema hacen que la pintura tarde más a oxidarse. Además, pero, su comportamiento y su viscosidad también varían, haciéndola más fácil de aplicar. De hecho, incluso permitía hacer más pintura con menos pigmento, una cosa muy valiosa en un momento en que algunos de ellos eran extraordinariamente caros. Así pues, las razones para usar la yema eran muchas, y resulta difícil pensar que los rastros de proteína encontrados a algunos cuadros clásicos sea accidental.

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