En el futuro, una seta podría ser la materia prima a partir de la cual fabricar materiales que sean una alternativa al uso de plásticos. En un artículo publicado a ‘Science Advances’, un equipo de investigadores ha estudiado a fondo lo ‘Fomes fomentarius’, conocido más popularmente como seta de yesca, y lo ha presentado como la posible fuente de materiales con propiedades muy diferentes y que, además, serían biodegradables y mucho más sostenibles.
Una posible solución a un problema enorme
Si las setas sustituyeran el plástico, la cantidad de desechos que generamos los humanos se reduïria enormemente. A diferencia de los materiales elaborados a partir de combustibles fósiles, muchos de los cuales son difíciles de reciclar y que muy a menudo acaban acumulándose en los vertederos o en el medio ambiente, los materiales hechos con setas no solo serían biodegradables sino que se podrían reciclar con mucha más facilidad.
La seta de yesca, en este sentido, es perfecto para lo cual, puesto que tiene la ventaja que se pueden extraer materiales con propiedades muy diferentes, de blandos y esponjosos a duros y leñosos. Es por eso que los investigadores se han fijado, para entender su arquitectura y avanzar en el camino que nos puede llevar a eliminar el plástico, uno de los problemas más importantes que tenemos a día de hoy tanto como especie como como planeta.
Una seta con tres materiales muy diferentes
En estado salvaje, la seta de yesca es un hongo patógeno de los árboles y se lo puede reconocer porque parece como si una pezuña de caballo estuviera saliendo del interior del tronco. Durante miles de años, como su nombre indica, se lo ha usado para encender fuego, pero su futuro podría ir mucho más allá de esto y ser la base de materiales ultraligeros y con un rendimiento altísimo.

Su secreto es que, a cada seta, hay tres capas con propiedad muy diferentes. La de fuera, muy dura, se podría usar incluso por proteger parabrisas contra los impactos. La del medio, que tiene un tacto agradable, podría emplearse por sustituir el cuero. La tercera capa, finalmente, es pareciendo a la madera. Con estos tres materiales tan diferentes, es lógico que se piensen en las muchas posibilidades de las setas de yesca, uno de los campos más interesantes de la investigación en biomateriales.
Una posibilidad real pero lejana
Todavía queda bastante, pero, para que las setas sean una alternativa real al plástico. De entrada, hay que encontrar una manera de producirlos como cultivo porque, si se traiessin de los bosques, podrían tener un impacto muy grave en los ecosistemas. Además, en caso de que se tuvieran que cultivar en grandes cantidades, probablemente se querrían modificar genéticamente o bien por selección artificial para modificar algunos rasgos y hacer que los materiales resultantes fueran más bonos, más baratos o que se produissin en cantidades más grandes.
Todavía hay, además, otro problema que habría que resolver. Los materiales basados en setas son biodegradables y una alternativa a las toneladas y toneladas de plásticos que van llenando las desecherías del mundo, pero también habría que asegurarse que su durabilidad fuera suficiente como para el uso que se le quiera dar. En cualquier caso, pero, este último estudio es un vistazo a fondo a un modelo de producción de materiales que podría ser una gran alternativa en un futuro no tan lejano.