Un equipo de investigadores de la Universidad Cornell, en los Estados Unidos, ha creado una interfaz de reconocimiento de la ‘habla silenciosa’ que, usando sensores acústicos y la inteligencia artificial, puede ‘leer los labios’ y reconocer hasta 31 órdenes sin que se haya emitido ningún sonido. Denominadas EchoSpeech, estas gafas han sido presentadas en la página web de la misma universidad y podrían tener muchísimas utilidades.
Un gran salto respeto las tecnologías existentes
Hasta ahora, las tecnologías de reconocimiento de habla silenciosa se limitaban a algunas órdenes predeterminadas y obligaban el usuario a mirar o a llevar una cámara, cosa muy poco práctica. EchoSpeech, en cambio, elimina esta necesidad y, como que usa datos de audio en vez de imágenes, se puede procesar más rápidamente y sin necesitar un gran ordenador.
Con un entrenamiento de solo unos minutos con datos del usuario, las gafas pueden reconocer órdenes y, además, se pueden usar en un smartphone. Una de las posibles aplicaciones que puede tener es, por ejemplo, para introducir datos en un generador de voz, volviendo a muchos pacientes la capacidad de hablar.
Un sònar craneal
Con dos micrófonos y unos altavoces minúsculos, las gafas EchoSpeech son un sistema de sónar que funciona con inteligencia artificial, puesto que tienen la capacidad de enviar y recibir olas sonoras a través de la cara y detectan los movimientos de la boca, que son analizados por un algoritmo consiguiendo descifrar qué es el que quería decir la persona con una precisión de un 95%. Todo ello en un aparato pequeño, que gasta poca energía y que además, como que procesa los datos al teléfono y no a la nube, garantiza mejor la privacidad de la información.
Grandes posibilidades
Sin embargo, para llegar algunas de las posibilidades mencionadas todavía haría falta desarrollar más la interfaz. Ahora mismo, pero, EchoSpeech ya puede usarse porque dos personas se comuniquen a través de sus teléfonos en lugares donde mantener una conversación es o bien difícil o bien está prohibido, ya sea en una discoteca o en una biblioteca. Además, las gafas ya pueden conectarse con un estilete y usarse en programas de diseño, por ejemplo, sin necesitar ni un teclado ni un ratón.
