Las campanas extractoras de humo de las cocinas podrían ser una gran fuente de dinero para las empresas. Aprovechando el calor, como ya están haciendo algunos negocios, se puede ahorrar mucha calefacción, un beneficio, como explica un reportaje de la cadena británica BBC, que no solo puede ayudar a reducir las emisiones y la demanda energética en general sino que, además, se puede cuantificar económicamente en miles y miles de euros anuales.
Un proyecto en expansión
Quien está aprovechando esta fuente de energía, afirma el reportaje, es una empresa de Malmö (Suecia) denominada Enjay, creadora de un dispositivo de intercambio de calor que ha bautizado como Lepido y que recupera la energía de las campanas extractoras de los restaurantes y la usa para calefaccionar otras zonas del local, reduciendo muchísimo el gasto de energía.
Esta idea no es nueva, puesto que el proyecto piloto del sistema Lepido se puso en marcha ya hace años, el 2016, y es solo una de varias opciones disponibles para aprovechar este calor residual. Enjay, pero, quizás es una de las empresas que ha tenido más éxito, con clientes que van de hamburgueserías a los países escandinavos hasta escuelas y hoteles en los Países Bajos y Bélgica.
Un 90% de ahorro en calefacción
Según afirma un de sus fundadores, Nils Lekeberg, un restaurante de medida mediana puede reducir su gasto en calefacción hasta un 90% anual y ahorrar la emisión de unas 30 toneladas de carbono. Es por eso que, ante la crisis energética global, esta empresa sueca está siendo contactada por establecimientos de todo Europa y también del Canadá y los Estados Unidos a pesar de que, dicen, no han hecho mucho esfuerzos para publicitarse.
Los sistemas de intercambio de calor, de hecho, que transmiten la energía de una parte de un edificio a otra, son habituales en algunas industrias, pero recuperar el calor residual de una gran cocina no es precisamente fácil. El aire caliente de las campanas, al fin y al cabo, es llena de grasa y partículas de hollín que se enganchan a las superficies de estos sistemas y dificultan la recuperación del calor. Para resolver esto, Enjay ha creado un aparato más grande del habitual y diseñado para que la grasa y el hollín pasen a través de las bobinas metálicas que transfieren la energía pero sin engancharse.
Una inversión importante pero con un retorno rápido
De este modo, el aire caliente se puede bombejar a través de conducciones que llevan agua fría, calentándola y usándola para calefaccionar otras partes del edificio. Si bien el coste de un sistema Lepido es bastante elevado, de unos 27.000€, desde Enjay afirman que la mayoría de restaurantes podan amortizar esta inversión en uno o dos años solo con el ahorro energético que supone.
Además de esta empresa sueca también hay otros, como la británica Dext, que ofrecen servicios parecidos y que también están trabajando con restaurantes para reaprovechar el calor que se va por las campanas extractoras. Quién sabe si, de aquí pocos años, estos sistemas serán un elemento indispensable a cualquier establecimiento de restauración.
