El cambio de hora siempre es motivo de discusión. Cada año, cuando es hora de hacerlo, se esgrimen argumentos a favor y en contra de eliminarlo, tanto entre las personas de la calle como también entre los políticos.
Entre las razones para hacerlo desaparecer hay, por ejemplo, el impacto que puede tener a la salud, como por ejemplo en los patrones del su. Entre los motivos para mantenerlo, en cambio, hay el ahorro de electricidad a causa del alargamiento de los días, que hacen que haga falta menos luz artificial. Lo reduce realmente, pero? Según un estudio publicado en ‘Environmental Research Letters’ y elaborado por un equipo de investigadores de los Laboratorios Federales Suizos de Materiales, Ciencia y Tecnología, la respuesta no solo es que sí sino que, añaden, también ayuda a combatir el cambio climático.
El aire acondicionado y la calefacción también son un factor importante
Si bien el ahorro en iluminación era la idea detrás el cambio de hora, estos investigadores han querido ver qué impacto tiene en el consumo global de energía de los edificios, incluido el de calefacción y aire acondicionado. Su idea era que, como que los trabajadores entran al trabajo una hora antes en verano, y salen una hora antes por la tarde, esto tendría que ahorrar energía porque, normalmente, los aires acondicionados son más necesarios después del mediodía.
Para probarlo, los cienntífics han simulado la energía empleada para la calefacción y el aire acondicionado con y sin cambio de hora en varias regiones climáticas basándose en datos de edificios de oficinas de quince ciudades diferentes de los Estados Unidos. Además, no solo han tenido en cuenta el clima actual sino, también, algunos escenarios de cambio climático posibles desde ahora hasta el 2050, un factor que puede hacer cambiar mucho el consumo energético.
El ahorro parece muy claro
Los resultados del estudio muestran que el cambio de hora es, de todas todas, una buena idea, puesto que puede reducir la energía necesaria para el aire acondicionado de los edificios de oficinas en casi un 6%. A la vez, el gasto en calefacción podría aumentar hasta un 4,4% a causa de empezar a trabajar una hora antes, pero como que en verano hace falta mucha más aire acondicionado que calefacción, el efecto global es positivo.
Esta investigación, pues, muestra que el cambio de hora puede tener un papel significativo en la protección del clima. Además, como apuntan sus autores, en la hora de plantearse su eliminación no se tendría que tener en cuenta solo el ahorro eléctrico por la menor necesidad de electricidad para la iluminación sino también el impacto que tendría, en general, en los edificios, especialmente los de oficinas.
El cambio de hora es solo una de muchas herramientas
Por otro lado, está claro, también apuntan que esta es solo una manera de ahorrar en el consumo energético. Hay muchas más y que pueden ser más importantes, como por ejemplo la mejora de los edificios, cambios en el comportamiento y un cambio general de los horarios de trabajo de la población para reducir la necesidad de energía y, por lo tanto, emisiones de dióxido de carbono.
