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Las ‘tote bags’, de operación publicitaria a amenaza para el clima

Las ‘totebags’, las bolsas de tela omnipresentes desde hace unos años, han pasado de ser una operación publicitaria a una amenaza seria para el clima. En un artículo publicado en la página web de la Universitat Oberta de Catalunya, se apunta como estos objetos, que empezaron como una forma de hacer ‘greenwashing’, han acontecido un gran problema.

Sus usuarios perciben que estas bolsas son una manera de usar menos plástico, y es por eso que todo tipo de empresas públicas y privadas han hecho millones como campaña de relaciones públicas ‘trueque’ por limpiar su imagen. Además, son cómodos, resistentes y se pueden lavar. Y sin embargo, apunta en el artículo Neus Soler, profesora colabora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, el compromiso con el planeta «no es como piensa el consumidor».

Las bolsas de algodón no cumplen los estándares de sostenibilidad y medio ambiente

Citando datos de la Agencia del Medio Ambiente del Reino Unido, porque el rendimiento ecológico de una ‘totebag’ supere el de una bolsa de plástico desechable, se tendría que usar 131 veces. El problema es que cada cual tiene entre 5 y 10 bolsas de algodón a casa y que, cuando se lo olvida en casa, acabará comprando o le regalarán otra. Así pues, apunta Soler, no se cumplen «los estándares de sostenibilidad y medio ambiente». El problema ha empeorado a medida que más y más marcas, instituciones y empresas se han apuntado a la moda de las ‘totebags’ para hacerse percibir como más sostenibles y, además, permiten mucha personalización, convirtiendo quién las lleva en anuncios ambulantes.

El reciclaje de una bolsa de algodón es mucho más complejo del que pensamos | Pexels
El reciclaje de una bolsa de algodón es mucho más complejo del que pensamos | Pexels

Y sin embargo, el algodón es el cultivo más sucio por el gasto de energía, agua, uso de pesticidas, impacto en los trabajadores, en las aguas subterráneas y en la calidad del agua. «Mucha gente no es consciente del que implica la gestión residual de este material», apunta en el artículo el profesor de la UOC Cristian Castillo, y «pocos trasladan estos bolsas a depósitos textiles para hacer el tratamiento», haciendo muy difícil que se procesen como es debido. Incluso, añade Soler, «la parte impresa de las piezas no se puede reciclar» porque a menudo son de PVC y hay que recortar aquella parte, dificultando «enormemente» el reciclaje.

Las bolsas reutilizables de plástico son más sostenibles

Para Castillo, la alternativa más sostenible son las bolsas reutilizables de plásticos, que requieren menos consumos, menos agua y menos energía. De hecho, según el Ministerio de Medio Ambiente y Alimentación de Dinamarca, cada bolsa de algodón orgánico se tiene que usar 20.000 veces (cada día durante 54 años) para compensar el impacto general de su producción. Y sin embargo, el ‘greenwashing’ continúa para satisfacer los intereses de las grandes y pequeñas empresas que quieren mejorar su imagen pública mostrándose como ‘defensoras’ del medio ambiente aunque, justamente, estén haciendo el contrario.

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