Un nuevo informe propone un gran plan para reducir la producción y la contaminación por plásticos en el mundo, transformando los sistemas de reutilización y eliminando los envases desechables. Publicado por el Centro Global de Políticas del Plástico de la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra, y elaborado por encargo del movimiento Break Free From Plastic, el documento es fruto de un trabajo donde un equipo de investigadores ha revisado 320 artículos y estudios científicos y ha hecho más de 50 entrevistas con esperts en reutilización para elaborar un plan global de reducción de los plásticos.
Una transición paulatina basada en principios bastante simples
En la Unión Europea, los envases suponen un 40% de todos los plásticos que se generan, y según la Comisión Europea el volumen que suponen crecerá un 46% hasta el 2030. Los sistemas de reutilización, pero, podrían reducir la contaminación por plásticos en un 30% el 2040.
Las conclusiones del informe consideran que hace falta una implantación paulatina por cambiar la economía de los envases desechables a los reutilizables, reduciendo los impactos en el clima, el medio ambiente, la biodiversidad y la salud. Hay muchos sistemas que ya existen y que se podrían aplicar a más grande escala, como ‘ceder’ los envases en los consumidores de forma que se vuelvan muchas veces hasta que se llegue, como mínimo a un umbral de sostenibilidad.
En este sentido, el tratado global sobre los plásticos en que se trabaja en París esta semana puede ser una gran oportunidad para aumentar estos sistemas de reutilización, limitar la producción de plásticos vírgenes y mejorar los estándares y las infraestructuras. Según el informe, la reducción de plásticos vírgenes está atrasada 25 años respeto la reducción de emisiones de CO₂.
Un elemento muy importante, además, sería el estandarització de los envases, que fueran duraderos, ligeros, se pudieran lavar, no fueran tóxicos y llevaran una hashtag electrónico para identificarlos. Todo esto, está claro, se tiene que ir haciendo despacio, y los autores proponen cuatro faes, empezando con los grandes acontecimientos deportivos y los festivales de música y yendo bajando a partir de aquí.
Una nueva economía del plástico, centralizada y controlada
Así pues, la propuesta es un futuro con todos los envases etiquetados y que se puedan depositar en contenedores inteligentes, limpiados y recuperados en instalaciones centrales y devueltos en las fábricas o los vendedores para su reutilización. Todo y las diferencias que puede haber por sectores, esta transición, mucho más fácil de llevar a cabo en las ciudades, tardará tiempos, pero en algunos entornos cerrados como escuelas, hospitales o acontecimientos se podría hacer de manera relativamente rápida, como también al sector de las bebidas.
A pesar de que encara lejos de estos planes y objetivos, la Comisión Europea ya anunció hace meses que legislaría contra el aumento continuado de los desechos proveniente de los envases y promovería la reutilización. Un sector que además, cree que podría generar 600.000 puestos de trabajo desde ahora y hasta el 2030, dando una dimensión económica a un objetivo medioambiental y de salud pública.
