La NASA ha lanzado en el espacio un nuevo satélite que, desde la órbita terrestre, controlará la calidad del aire con una precisión extraordinaria. Segunda explica la misma agencia espacial norteamericana en un comunicado, este nuevo instrumento, llamado TEMPO, es tan potente que podrá detectar las diferencias en la polución de un barrio a otro en toda Norteamérica se fijará en tres contaminantes nocivos: el dióxido de nitrógeno, el formaldehído y el ozono troposférico, y aportará datos muy importantes que ayudarán a completar el mapa de qué zonas o qué personas respiran un aire más contaminado.
Completando el mapa con muchos más datos
Y es que en los Estados Unidos, como otros muchos lugares del mundo, la calidad del aire cambia siguiendo las mismas líneas que marcan los rasgos demográficos y socioeconómicos de cada zona. Así, las personas con un poder adquisitivo menor acostumbran a vivir en zonas más contaminadas, en el contrario del que pasa con las personas con un estatus más elevado. Con TEMPO, este dato se podrá comprobar con una precisión mucho más grande que hasta ahora, eliminando algunos ‘puntos ciegos’ en los datos de que se disponen actualmente.
Los primeros datos de TEMPO todavía tardarán un poco a empezar a llegar. Después de haber sido lanzado a bordo de un cohete Falcon9 de SpaceX, se ha instalado en una órbita geoestacionaria que le permite observar Norteamérica de manera constante. Se espera que se ponga en funcionamiento a finales de mayo o principios de junio y que, después de un tiempo para calibrar los instrumentos y comprobar que los datos que envía son válidas, se podrá empezar a usar.

Una parte de una futura red de satélites
Este instrumento, además, no es un proyecto aislado sino que forma parte de una serie de satélites de control de la contaminación ambiental en todo el mundo. Desarrollados por la NASA junto con la Agencia Espacial Europea y la agencia espacial de Corea del Sur, TEMPO es el segundo instrumento de este tipo que se lanza. El primero, el surcoreano, está en el espacio desde el 2020 y sigue la evolución de la polución en la Asia. El 2024, por otro lado, el satélite europeo Sentinel-4 está previsto que complemente los datos de sus dos compañeros cubriendo, en este caso, la contaminación del aire de Europa y el norte de África.