Las moscas de la fruta (
Los investigadores responsables de este estudio están sorprendidos de haber encontrado un nhuevo receptor del gusto en un animal que ha estado tan estudiado, y más que sea para un sabor completamente nuevo. El hecho, pero, es que la mayoría de animales pueden funcionar en un rango pequeño de pH y, por lo tanto, notar qué es ácido y qué es básico es muy importante para su supervivencia.
Las moscas tienen un gran espectro de sabores
Hasta ahora, la ciencia había encontrado receptores y circuitos neuronales para los sabores amargants y ácidos, que indican pHs bajos. En cuanto a los altos, hay algunos estudios en personas y gatos que apuntan que la sensación alcalina también podría ser un tipo de gusto. Es por eso que los científicos se fijaron en las moscas, que se sabe que tienen un espectro de sabores muy grande.
Para probar sus preferencias por comidas con pHs diferentes, se los pusieron varios alimentos con tinte para ver qué habían comido a través de sus panzas, que son traslúcidas. Así es como observaron que cuanto más alto era el pH, menos comían, excepto unas que no eran tan buenas distinguiendo los alimentos.
Un gen que codifica un receptor para los pHs elevados
Al analizar este último grupo, los investigadores vieron que tenían una mutación a un gen que han denominado ‘alka’ y que es activo a las neuronas del gusto a la punta de sus proboscis y también a las células del final de las patas y las antenas. Este gen expresa un receptor la actividad del cual es estimulada por los receptores alcalinos y que envía una señal al cerebro de la mosca porque evite el contacto con el que sea que lo ha activado.
Si bien los vertebrados no tenemos un gen ‘alka’, tanto las moscas como nosotros podemos experimentar sabores parecidos, como por ejemplo el dulce, el amargando o el ácido mediante receptores diferentes. Si las moscas lo hacen, pero, podría ser que los vertebrados también tuviéramos un receptor que hiciera la misma función.