Un equipo internacional de investigadores ha conseguido grabar por primera vez la actividad de pulpos mientras se movían libremente. Los resultados de este estudio, publicados a ‘Current Biology’, todavía no permiten saber cómo lo hace el cerebro de estos animales para controlar su comportamiento, pero supone un adelanto en el estudio del sistema nervioso de unos animales fascinantes y que han intrigado los científicos desde hace mucho de tiempos. Además, parece que se han encontrado algunos patrones inesperados y que habrá que analizar en profundidad.
Unos animales difíciles de estudiar
Normalmente siempre había estado muy difícil hacer ningún tipo de lecturas en estos animales, incluso si están sedados, porque tienen un cuerpo muy blando y es difícil instalarlos instrumentos de medida. Cuando están despiertos, además, son agresivos e inteligentes y, por lo tanto, no los gusta que los manipulen y que los pongan sensores cuando están despiertos.
La solución que han encontrado los científicos es adaptar aparatos pensados para pájaros y insertar-los quirúrgicamente en tres pulpos. Además, también los pusieron electrodos a zonas de su cerebro que se cree que trabajan en el aprendizaje y la memoria. Gracias a esto, pudieron registrar su actividad durante 12 horas mientras hacían vida normal.
Patrones sorprendentes
Algunos patrones de olas cerebrales detectados se asemejan a la actividad de el hipocampo del cerebro humano, que tiene un papel muy importante en la consolidación de la memoria. Otros patrones observados se asemejan a los que controlan el ciclo de la vigilia y el sueño en otros animales. Finalmente, había otras olas cerebrales que no se asemejan a nada que se haya visto nunca. Son muy lentas, a un ritmo de dos por segundo, y muy potentes, cosa que apunta a un nivel de sincronización muy elevado entre las neuronas.
La observación de estos patrones es muy curioso pero todavía es pronto para sacar conclusiones sobre su relación con comportamientos o tipos de cognición concretos. Para hacerlo haría falta hacer experimentos con tareas repetitivas y, así, entender mejor como se activan estas áreas del cerebro cuando los pulpos están aprendiendo.
Una técnica con mucho de recorrido
Gracias a esta técnica, pero, se podrían examinar elementos del comportamiento de los pulpos que han estado un misterio hasta ahora, como por ejemplo su capacidad de cambiar de color, su visión sorprendentemente afilada, los patrones de sueño e incluso la manera como controlan los tentáculos. Teniendo en cuenta que son animales muy inteligentes, además, se podría estudiar como funciona el sistema nervioso de estos animales y qué parecidos y qué diferencias hay en otros organismos con capacidades cognitivas elevadas, incluidos los humanos.
