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Las ‘gambas pistola’ jóvenes son los animales más rápidos del mar

Como nos recordaba el desaparecido Víctor Nubla en el último artículo de su serie ‘Bestiario no alegórico’, las ‘gambas pistola’ son entre los animales más rápidos que hay bajo el mar, rompiendo la barrera del sonido con sus pinzas. En un artículo publicado en la revista ‘Journal of Experimental Biology’, pero, un equipo de investigadores expone como los ejemplares jóvenes de estos mismos animales son hasta 20 golpes más rápidos que los adultos, con la aceleración más rápida que se ha visto nunca bajo el agua.

Un rasgo espectacular

Para frenar los depredadores u otros competidores, las ‘gambas pistola’ crean ondas de choque con sus pinzas, almacenando energía a su exoesqueleto, de manera parecida a la cuerda de un arco, y liberándola disparando un rayo de agua. Las burbujas que se forman detrás implosionen, liberando muchísima energía, haciendo un gran ruido y emiten un flash de luz que parece el del Sol.

Si bien hace poco se va descubrir cómo lo hacen estos animales porque esta arma no los hiera a ellos mismos, hasta ahora no se sabía a partir de qué momento de su desarrollo eran capaces de emplear esta arma tan poderosa. En este estudio, se hizo un seguimiento de estos crustáceos en el laboratorio, descubriendo que cuando solo tienen un mes y medeixen menos de un centímetro de longitud, ya lo pueden hacer.

Una velocidad increíble

Al verlo, los investigadores decidieron grabarlas con cámaras de video de alta velocidad para mirar de calcular la velocidad. Si bien el resultado final parece el mismo, las pinzas de los ejemplares jóvenes de ‘gamba pistola’ aceleran 20 golpes más rápidamente que los de los adultos: 600 kilómetros por segundo al cuadrado, la misma orden de magnitud que la bala de una pistola de 9mm cuando sale disparada.

Todo ello pasa en menos de un milisegundo, pero las cámaras empleadas, que graban a 300.000 frames por segundo, permiten retardar el movimiento 10.000 veces y permitir que los humanos vemos todo el proceso. A pesar de que a menudo no acababan de disparar bien, las gambas jóvenes lo iban probando, cosa que hace pensar a los investigadores que podrían estar practicando y ejercitando los músculos necesarios para hacerlo.

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