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Descubren los secretos de algunos árboles para sobrevivir a la sequía

Gracias a los ultrasonidos, un equipo de investigadores austríacos ha descubierto los secretos de algunos árboles por resistir a sequías continuadas y sobrevivir. En un aritcle publicado a ‘Plant Biology’, explican cómo han llevado el laboratorio en el bosque para mirar de estudiar varias especies y ver por qué algunos son capaces de continuar viviendo y otros, en cambio, empiezan a morir rápidamente.

Convertir el bosque en un laboratorio

Los científicos sabían que los tejidos de los árboles podían tener la respuesta a por qué algunos árboles pueden recuperarse y otros no, pero llevar un árbol en el laboratorio para escanearlo es imposible. Es por eso que a menudo los estudios se hacen en plantas o en árboles jóvenes, y puede ser que algunas características no se puedan observar con claridad si no es en ejemplares más viejos.

Así pues, el equipo fue a un bosque a las afueras de Múnich (Alemania) y colocó sensores de ultrasonidos resistentes al agua a dos especies diferentes de árboles maduros: el haya europea, mucho más resistente a la sequía; y el abeto rojo, que no lo es tanto. Algunos de ellos fueron cubiertos para impedir que llegara la lluvia, creando sequías artificiales. Gracias a esto, se pudo observar que los árboles estresados por la sequía emitían más ultrasonidos, que rebotaban en pequeñas burbujas de aire, embolismos presentes en el interior de los árboles a causa de la sequía y de que había molidos más a los abetos que no a las hayas.

Los científicos convirtieron un bosque en un laboratorio para estudiar los mecanismos de los árboles para responder a la sequía | Universidad de Innsbruck
Los científicos convirtieron un bosque en un laboratorio para estudiar los mecanismos de los árboles para responder a la sequía | Universidad de Innsbruck

Una diferencia oculta

Esto es sorprendente porque, en teoría, las hayas parecen menos conservadores en cuanto al agua, cuando menos por encima del suelo. Normalmente los árboles pueden prevenir los embolismos cerrando los poros de las hojas, pero esto también corta el suministro de dióxido de carbono. Así pues, se encuentran en la posición de tener que elegir entre morir de siete o de hambre.

Las hayas, pero, tenían menos embolismos a pesar de que mantienen los poros abiertos más tiempo que los abetos. Esto es, quizás, porque sus rrels son más profundas y llegan donde hay más reservas de agua. Para comprobarlo, los investigadores remojaron el suelo y observaron como todos los árboles se recuperaban y los embolismos se llenaban de agua. Al mesurar la resistencia a la corriente eléctrica, pero, que indica el nivel de humedad en el interior de los troncos, las hayas continuaban vacíos, de forma que con una sola lluvia no había suficiente porque se recuperaran mientras que las hayas sí que lo hacían.

Estos resultados son importantes porque las especies más resistentes a la sequía se harán más habituales a medida que avance el cambio climático. Esto quiere decir que la composición de los bosques del futuro podrían cambiar, con consecuencias desconocidas para las otras plantas y para los animales que viven.

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