Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en los Estados Unidos, ha anunciado la creación de un aparato móvil ‘low-coste’ que permite mesurar la calidad del aire para que cualquiera lo pueda hacer y los datos disponibles sean mucho más grandes. Presentado en un artículo publicado a ‘Atmospheric Environment’, ha sido denominado ‘Flatburn’ y se puede fabricar con una impresora 3D o bien comprar las piezas. Sus autores, además, están publicando toda la información, poniéndolo a disposición de todo el mundo.

Un gran problema mundial
La polución del aire es un grande problema de salud que causa millones de muertes a nivel mundial y acorta la esperanza de vida de toda la población que está expuesta, que somos prácticamente todos. Sin embargo, los datos sobre ella no siempre se mesuran en todas partes, y es aquí donde este aparato puede ser una gran ayuda.
Con él, tanto los ciudadanos de manera individual como en grupo podan controlar la polución del aire a su entorno, identificar de donde proviene e informar o hacer presión a las autoridades porque pongan remedio. Es, pues, una gran aportación a la ciencia ciudadana y que puede contribuir mucho a comprender mejor los factores ambientales que afectan la vida de las personas de todo el mundo. Sus creadores esperan que tanto grupos ambientalistas concienciados de países desarrollados como comunidades de países pobres lo puedan usar por conocer mejor su entorno y combatir este problema.

Un proyecto nacido el 2017
La idea del Flatburn nació el 2017, con el inicio de la creación de un prototipo de detector de contaminación del aire pensado para ser empleado en camiones de recogida de basura en Cambridge, Massachusetts. Estos detectores funcionan con una batería y se recargan o bien enchufándolos a la corriente o bien con una placa solar, y la información se guarda en una tarjeta de memoria a que se puede acceder remotamente.
Este proyecto se extendió en la zona de Boston y también en Nueva York, para poder comparar los resultados con los de las redes de monitorización de la polución que ya existían. En ambos casos, se demostró que podían detectar las concentraciones de partículas y de dióxido de nitrógeno en un radio de 10 metros. Si bien la comparación mostró que en el caso de las partículas registraban niveles más bajos, la correlación era suficiente fuerte como para ajustarlos y hacer fiables sus resultados.

Una herramienta muy útil
Después de unos meses de pruebas, y con los detectores aportando lecturas precisas, los investigadores empezaron a trabajar para hacerlos accesibles en todo el mundo y que sus resultados sean considerados válidos por los reguladores y legisladores de todo el mundo. Las pruebas hechas hasta ahora les dan una vida útil de seis meses colocados encima de un vehículo.
Si bien tiene algunos inconvenientes, los investigadores los consideran una herramienta que puede ser muy útil y que puede democratizar los datos ambientales, haciendo que cualquiera pueda conocer a qué niveles de polución está expuesto y, junto con sus vecinos o con los ciudadanos de su pueblo, puedan hacer presión a las autoridades para que mejoren sus condiciones de vida.