Una de cada manantial personas que mueren prematuramente podrían haberlo evitado haciendo solo un poco de ejercicio físico. Según un estudio publicado hace poco en el ‘British Journal of Sports Medicine’ con solo 11 minutos en el día de actividad física moderada, como por ejemplo andar rápido, hay bastante para reducir el riesgo de sufrir no solo problemas de coro o accidentes vasculares sino, incluso, un buen número de cánceres.
Problemas de coro, vasculares y cánceres
A día de hoy, las enfermedades cardiovasculares como los ictus o los infartos son la principal causa mundial de muerte. Con unos 18 millones de víctimas anuales, casi duplican las muertes por cáncer. En total, hablamos de unos 25 millones de muertes cada año entre todas las causas. Es muy sabido que la actividad física, especialmente si es de intensidad moderada, reduce el riesgo de todos estos problemas de salud, pero un equipo de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) ha examinado exactamente qué impacto tiene.
Un estudio con datos de 30 millones de personas
Para hacerlo, han revisado los resultados de 196 estudios anteriores, que comprenden 30 millones de participantes de 94 grandes cohortes. Así, han hecho el análisis más grande que se ha hecho nunca de la asociación entre la actividad física, su intensidad y el riesgo de muerte prematura por problemas cardiovasculares y cánceres.
Dejando de banda la actividad relacionada con el trabajo, dos de cada tres personas estudiadas hacían menos de 150 minutos de ejercicio moderado cada semana y, en el caso de más de 300 minutos semanales, eran menos de un 10%. Aques trabajo, pero, ha revelado otro dato mucho más significativo: a partir de los 150 minutos, los beneficios adicionales en las causas de muerte prematura estudiada eran marginales pero, en cambio, con 75 ya había diferencias importantes, con una reducción de un 23% del riesgo de muerte prematura respeto alguien que no hace nada de ejercicio.
Buenas noticias: un pequeño cambio puede notarse mucho
Así pues, buenas noticias para las personas a quienes no los gusta hacer ejercicio o no tienen tiempo: poco es mejor que nada y, al fin y al cabo, 75 minutos son un cuarto temprano de lunes a viernes. Se puede hacer, en la gran mayoría de casos, andando a buen ritmo los tramos que se hacen a pie del trabajo a casa y viceversa.
Solo haciendo esto, llegando a los 75 minutos semanales, el riesgo de enfermedades cardiovasculares se reduce un 17% y el de cáncer, un 7%. En estos últimos, pero, hay diferencias importantes: si en el caso de cánceres del jefe y el cuello, la leucemia mieloide o el mieloma la reducción es de entre un 14% y un 26%, en los cánceres de pulmón, hígado, endometrio, colono y mama la reducción es menor, de entre un 3% y un 11%.
Modificando algunos hábitos nos podríamos beneficiar mucho
En cualquier caso, según los cálculos de este estudio, con 150 minutos de ejercicio físico moderado se habrían evitado un 16% de las muertes registradas entre los participantes en los estudios revisados, además de un 11% de los accidentes cardiovasculares y un 5% de los cánceres. Si todo el mundo hubiera hecho 75, pero, todavía se habrían evitado un 10% de las muertes prematuras, un 5% de los accidentes cardiovasculares y un 3% de los cánceres.
Así pues, la actividad moderada, que de hecho incluye algunas cosas que ni siquiera consideramos ejercicio, puede ser suficiente para darnos grandes beneficios. Teniendo en cuenta que ir de excursión en la montaña, andar rápido, ir en bicicleta o bailar se considera actividad moderada, definida por la aceleración del latido del coro y de la respiración pero pudiendo hablar mientras lo haces, algunos cambios de hábitos muy sencillos podrían salvarnos la vida.
