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Oler el sudor otras personas puede servir para reducir la ansiedad

Oler el sudor otras personas puede tener el efecto de reducir la ansiedad social, abriendo la puerta a que acontezca la base de tratamientos para este problema. Un experimento, llevado a cabo por científicos suecos y presentado esta semana en el congreso de la Asociación Psiquiátrica Europea, que se está celebrando a París (Francia), ha dado unos resultados preliminares sorprendentes que apuntan a esta posibilidad. Según afirman, el olor de sudor activa algunos caminos cerebrales relacionados con las emociones y consigue calmarnos.

Un sentido muy importante

El olor, si bien es un sentido que tenemos menos desarrollado que otros animales, continúa siendo muy importante para nosotros, puesto que nos permite detectar peligros -comida en mal sido, humo de un incendio- además de interactuar con nuestro entorno y entre nosotros. También hace que la comida tenga más buen gusto y, está claro, es capaz de evocar muy poderosamente nuestros recuerdos. En el caso de los bebés, además, tienen un sentido del olfato muy potente que los permite detectar tanto su madre como su leche.

Una relación importante entre el olfato y el bienestar

Los olores se notan a la parte de arriba de la nariz. A partir de aquí, las señales se envían al sistema límbico, una parte del cerebro asociada a la memoria y a las emociones. Según los investigadores, el olor corporal de los humanos puede servir para comunicar nuestro estado emocional y, incluso, causar respuestas parecidas en las personas que la sienten. De hecho, hay una relación importante entre el sentido del olfato y el bienestar de las personas, y se sabe que perderlo puede causar depresión y sentimientos de soledad.

La mayoría del sudor de nuestro cuerpo no huele | Minghong / Wikimedia Commons
La mayoría del sudor de nuestro cuerpo no huele | Minghong / Wikimedia Commons

La mayoría del sudor de nuestro cuerpo, por otro lado, no huele. Sin embargo, las glándulas de los sobacos y el entrecuix producen algunos compuestos que, al ser degradados por las bacterias que viven, crean otros productos que son los responsables de los olores. Los investigadores pidieron a voluntarios que recogieran muestras de sudor de sus sobacos mientras veían una película de miedo o una de alegre. Después, hicieron que 48 mujeres con ansiedad social husmearan estas muestras a la vez que hacían terapia. En comparación con el grupo de control, que husmeó aire limpio, las mujeres que olieron el sudor mejoraron su respuesta a la terapia.

El tipo de película vista por los donantes de sudor, pero, no tuvo ningún efecto, cosa que hace pensar que hay señales químicas del sudor en general que pueden tener este efecto. Los científicos contemplan la posibilidad que, simplemente, haber sido expuesto a la presencia de otra persona ya tenga un efecto positivo, y es por eso que ahora están haciendo estudios parecidos para comprobarlo.

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