En un artículo publicado hace muy poco en ‘Nature Neuroscience’, un equipo de investigadores de la Universidad de Texas a Austin (Estados Unidos) afirman que han desarrollado un nuevo método a través del cual han conseguido ‘leer’ el pensamiento de los humanos. Esta proeza, que de momento solo se puede llevar a cabo en el laboratorio, en el futuro podría permitir desarrollar aparatos portátiles para las personas que no pueden hablar o lo hacen con dificultad y que, además, solo lo podrían hacer cuando estas lo desearan, evitando la posibilidad de reproducir en voz alta todo tipo de pensamientos.
Cambios en el flujo sanguíneo del cerebro
A diferencia de algunos implantes presentados los últimos tiempos, este nuevo sistema no necesita cirugía de ningún tipo y, a diferencia otros aparatos externos, produce un flujo de palabras constando, en vez de limitarse a uno vocabulario concreto. Para desarrollarlo, tres personas pasaron 16 horas cada una a una máquina de resonancias magnéticas, que detectó cambios en el flujo sanguíneo del cerebro mientras escuchaban historias que se corresponden, vagamente, a la actividad cerebral.
Con todos estos datos, los neurocientíficos computacionales responsables de este invento consiguieron relacionar patrones de actividad cerebral con algunas palabras e ideas, gracias a un modelo lingüístico construido a partir del famoso GPT. Una vez hecha esto, se trataba de invertir el sentido del proceso y usar los patrones cerebrales para ‘leer’ palabras e ideas. Una vez identificada la primera palabra, con varias candidatas a qué podría ser la palabra siguiente, pareciendo al que hacen los teléfonos móviles, y la actividad del cerebro, se pueden ir constroyendo las frases a medida que se piensan.
No ‘lee’ las palabras sino las ideas
Si bien el sistema no acierta todas las palabras y que, de hecho, la ratio de error palabra por palabra es de entre el 92% y el 94%, el cierto es que capta la idea aunque, a menudo, use perífrasis o sinónimos. Así, por ejemplo, cuando una persona dijo «todavía no tengo el carné de conducir», el descodificador dijo que «todavía no había empezado a aprender a conducir». El descodificador, reconocen sus desarrolladores, tiene problemas con los pronombres, si bien todavía no han averiguado el motivo.
En cualquier caso, este sistema puede reproducir vagamente historias a partir del cerebro de las personas en dos casos diferentes: si se lo explican a ellos mismos o si miran películas silents. Podre descodificar esto es muy emocionante porque quiere decir que ya no se trabaja solo con lenguaje básico sino con ideas, una cosa mucho más compleja. Es, de hecho, un bocadito del que se podría llegar a conseguir en el futuro.
Que pasa con la privacidad de nuestra mente?
Esto, está claro, también puede empezar a generar discusiones sobre la privacidad de la mente y nuestros pensamientos, puesto que es extraño pensar que, mientras te hacen una resonancia magnética, te pueden estar leyendo el pensamiento. Sin embargo, cada descodificador tiene que ser personalizado y solo funciona para la persona a partir de la cual fue creado. Además, el usuario tiene que cooperar voluntariamente para que el descodificador identifique ideas.
