Un equipo de investigadores norteamericanos han conseguido, en un estudio los resultados del cual han sido publicados en ‘Immunity’, abrir una nueva puerta para curar el VIH. Basándose en los cinco casos conocidos de personas que han conseguido eliminar el virus del organismo después de un trasplante de células madre, han hecho pruebas parecidas en primates no humanos y han determinado que hace falta que se cumplan dos circunstancias a la vez para que el virus desaparezca y de qué manera se produce este proceso.
El trasplante de médula, la clave de contadas curaciones
A día de hoy hay unos 35 millones de personas en todo el mundo que son portadoras del virus del VIH y, si bien desde los años ochenta del siglo XX se han hecho adelantos muy importantes, hasta ahora se conocen muy pocos casos de curación y solo se ha conseguido controlar el virus. Cinco de ellos, como mínimo, han sido después de recibir un trasplante de células madre, y es por eso que los investigadores querían comprender mejor este proceso y, quizás, conseguir un tratamiento que se pudiera aplicar de manera generalizada.
El primer caso, el 2009, fue el de un hombre con leucemia mieloide aguda que fue trasplantado de médula ósea en Alemania. Gracias a que el donante tenía una versión mutada del gen CCR5, que codifica un receptor de los glóbulos blancos que es empleado por el VIH para infectar nuevas células, adquirió resistencia al virus. En los otros casos, la curación ha sido un proceso parecido.
Estudiando a fondo como se elimina el VIH
Este nuevo estudio quería profundizar en este procedimiento y por eso cogieron ocho macacos que tenían la versión de los primates del VIH y sometieron cuatro a un trasplante de médula ósea. Dos de ellos se curaron, en el primer caso de este tipo en animales en que estos han sobrevivido a largo plazo después del tratamiento.
Estudiando como se produjo esta curación, los investigadores identificaron dos maneras diferentes pero igual de importantes en que se derrota el virus. En primer lugar, las células madre del donante ayudan a eliminar los glóbulos blancos infectados por el VIH, reconociéndolos como un cuerpo extraño y atacándolos como pasa con el mismo tratamiento en el caso de la leucemia. En el caso de los animales que no se curaron, pero, se vio como el VIH infectó las células trasplantadas mientras lo atacaban y, por lo tanto, concluyeron que impedir el uso del receptor CCR5 es igual de importante que el trasplante en sí en la hora de parar la infección.
Un conocimiento que puede acabar llevando una cura
En cuanto al proceso de curación, parece que el virus primero desaparece de la sangre a las extremidades, después a los nódulos linfáticos de los mismos brazos y piernas y, después, de los nódulos linfáticos de el abdomen. Conociendo este recorrido, los médicos podrían evaluar mejor la efectividad de curas potenciales por el VIH, comparando muestras de varias partes del cuerpo. Además, esto también podría explicar por qué en algunas personas trasplantadas se ha observado una mejora antes de que el virus no reapareciera: podría haber reservorios a los nódulos linfáticos abdominales que permitieran la rediseminación del patógeno.
Los resultados, pues, son un empujón para la investigación por mirar de curar el VIH y, en este sentido, los investigadores quieren continuar investigando en sus primates curados, para ver todavía más detalles de la respuesta inmunológica que ha permitido este resultado tan positivo, incluidas las células específicas involucradas y qué son las células o moléculas que acontecieron objetivos para las defensas del cuerpo durante el proceso.
