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Una nueva terapia puede volver la movilidad a personas paralizadas por ictus

Una nueva terapia presentada hace poco en un artículo en la revista ‘Nature Medicine’ podría volver la movilidad, o parte de ella, a personas que han quedado paralizadas después de sufrir un ictus. Tal como explican sus creadores, un implante colocado quirúrgicamente y que estimula la médula con electricidad ha estado probado con éxito en dos pacientes. Una técnica parecida a la empleada en pacientes con lesiones de la médula y que podría dar esperanza a las personas que han quedado paralizadas a causa de accidentes vasculares.

Una causa de parálisis mucho más común del que pensamos

Los ictus tienen lugar cuando se para el flujo de sangre a alguna parte del seso, y causan problemas a corto o a largo plazo con el movimiento, el habla y la visión. De hecho, los ictus son una de las principales causas de parálisis y de problemas motores, y si bien la fisioterapia puede ayudar mucho en este aspecto, no hay ningún tratamiento que pueda volver a los pacientes la totalidad de la movilidad perdida. La causa de esta parálisis es que, a causa de la ictus, la conexión entre el seso y la médula espinal sufre daños, de forma que el seso envía las orden para mover los músculos pero no se transmiten correctamente.

Una mejora enorme en la movilidad

Así pues, aprovechando técnicas que ya existen para inyectar anestésicos en la médula, los investigadores crearon un aparato eléctrico que se puede colocar allá mismo por estimular los nervios. Alineando los electrodos con los nervios sensoriales, se puede mejorar la activación de los músculos mediante la amplificación de las señales del seso, devolviendo el control de su cuerpo a los pacientes.

Los dos pacientes con que se probó esta terapia mejoraron su movilidad, siente capaces de dibujar una espiral, abrir un baldó… Se los sometió a sesiones de estimulación eléctrica continuada durante cuatro horas en el día, cinco días en la semana, a lo largo de un mes, y las mejoras persistieron hasta cuatro semanas después de parar el tratamiento. Es por eso que los investigadores creen que, si el tratamiento se combinara con entrenamiento físico intenso, los resultados podrían ser todavía mejores.

Si bien el tratamiento podría no funcionar con pacientes que tienen problemas severos de movilidad, sí que podría ser una herramienta enormemente útil para llevar al máximo la recuperación de los pacientes con parálisis menos graves, especialmente en combinación con otras terapias.

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