La inteligencia artificial (IA) podría dar herramientas adicionales para el tratamiento de la depresión y la ansiedad. En un artículo publicado en la revista ‘Translational Psychiatry’, un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois Chicago, en los Estados Unidos, presenta los buenos resultados de una prueba que usa por primera vez un asesor virtual basado en esta tecnología en la terapia conductual.
Los científicos afirman que Lumen, un asistente de voz, ha ayudado los pacientes a mejorar los síntomas de estos dos trastornos mentales y que, además, se han detectado cambios en su actividad cerebral. Este experimento, el primero de este tipo que se hace en el mundo, aporta pruebas positivas que hacen pensar que la IA podría tener un papel importante en el tratamiento de la salud mental, donde tanto las listas de espera como las desigualdades económicas dificultan que muchas personas tengan acceso.
No es un sustituto para la ayuda profesional
Los autores del artículo dejan muy claro que este sistema no está pensado para ser un sustituto de la terapia tradicional pero apuntan que, mientras no hay un profesional disponible, podría ser una solución temporal que ayudara quienes sufren ansiedad y depresión. Es con este objetivo, de hecho, que el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estado Unidos los había dado una ayuda de 2 millones de dólares para desenvolpar-lo.
Las pruebas con Lumen se hicieron con 60 pacientes y querían ver qué efectos podía tener este tratamiento en personas con síntomas de depresión y ansiedad entre leves y moderados y también en la actividad cerebral de zonas que se relacionan con los beneficios de la terapia basada en la solución de problemas.
Los participantes usaron Lumen en ocho sesiones de terapia. Después de esto, se observó como la puntuación obtenida a las pruebas de depresión y ansiedad había bajado y que, además, habían mejorado sus habilidades de resolución de problemas, un hecho relacionado con un aumento de la actividad al córtex pefrontal dorsolateral, que se relaciona con el control cognitivo.
Un posible recurso de emergencia
La terapia, pues, es efectiva en la hora de hacer que las personas cambien la manera como piensan en los problemas y como los encaran, sin sufrir una sobrecarga emocional. Esta terapia, que confía en la iniciativa del paciente y está orientada a los resultados, continúa aportando beneficios incluso si no está dirigida por un profesional. Así pues, podría ser un recurso de emergencia para sistemas de salud mental que se encuentran superados por la demanda, cuando menos mientras se pone remedio.
