Lo ‘true crime’ es uno de los géneros preferidos de los espectadores. Según un estudio hecho en 35 mercados de todo el mundo, ya ha subido hasta la segunda posición y, a día de hoy, solo es superado por la comedia. Engancharse, pero, no es un hecho inofensivo, sino que puede tener efectos en la salud mental y hay que estar al quite por si aparecen posibles señales de alerta, como por ejemplo tener miedo a casa o bien visualizar escenas violentas.
Este género, el de la ficción basada en crímenes reales, apareció hace más de 70 años y ha acontecido «uno de los grandes géneros de la industria del entretenimiento», explica Elena Neira, profesora colaboradora de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Las muertes, los asesinado, las violaciones… son algunos de los hechos que muestran estos contenidos, que tienen un gran éxito.
El morbo, la clave del éxito
Por qué nos atrae, todo esto? Según Mireia Cabero, profesora colaboradora de Psicología y Ciencias de la Educación a la UOC, a las personas nos inquieta todo aquello «desconocido y amenazante», y hay personas que encuentran «una falsa sensación de control y seguridad» intermediando la exposición en información detallada de todo aquello «aterrador y extraño». Además, también hay la necesidad de reafirmación, de querer un final feliz que nos demuestre que el mundo, al final, es justo, dice Marc Balcells, profesor de Criminología de la UOC.
«Basado en hechos reales», dice Neira, para muchas personas sirve como sello de calidad. El que engancha, cuando menos en parte, es el atractivo del morbo. En vez de tener que mantener la suspensión de la incredulidad, como en la ficción, aquí partes de un hecho que pasó y, por lo tanto, la historia genera «estupor». Sin embargo, está claro, y como explica Balcells, ser un amante del macabro no indica tendencias criminales, no hay «una relación directa».

Las mujeres, las principales consumidoras
En el estado español, las mujeres destacan significativamente como seguidoras de este género, especialmente las de las generaciones X y
Un informe, pero, afirma que este fenómeno va más allá de la identificación y que la afición femenina al ‘true crime’ esconde una forma de aprendizaje. Las mujeres podrían estar viendo estos documentales para descubrir técnicas de supervivencia para evitar convertirse en víctimas o saber defenderse de agresiones parecidas. «Las mujeres usan este contenido a manera de aprendizaje y también a causa de la empatía e identificación con la víctima. Esta información nos hace más conocedoras de realidades posibles y genera un falso efecto de seguridad», añade Cabero.
Los efectos del ‘true crime’ en la salud mental
Todo ello no es inofensivo, pero. En un artículo, la psicóloga Chivonna Childs alerta que el consumo excesivo de ‘true crime’ puede afectar la salud mental. Sentir terror constante, ansiedad, estar siempre en estado de alerta, tener miedo adentro de casa o la percepción de amenazas sin motivo, además de visualizar escenas de crímenes o salir menos, son «señales de alarma» ante un posible problema, apunta Cabero.
Si observamos «cambios a nuestra emocionalidad o a nuestras decisiones y acciones», es un signo que nos está afectando. Además, el ‘true crime’ también tiene un efecto cotilla. Los temas son horrible pero no podemos dejar de verlos ni de querer saber más. «Los crímenes y el que es amenazante nos hacen sentir pequeños, nos despiertan la necesidad de control y la curiosidad, que pueden ser más motivadores que el impacto emocional de cuando nos estamos sometiendo a esta información», concluye Cabero.