Un equipo de biólogos de la Universidad de California – Irvine, en los Estados Unidos, ha hecho un descubrimiento clave sobre como impedir los efecto perjudiciales que una dieta alta en grasas tiene en el metabolismo. En un artículo publicado en la revista ‘Nature Communications’, anuncian un gran adelanto en la comprensión de los mecanismos detrás la relación entre el consumo de lípidos y el aumento del riesgo de enfermedades metabólicas, gracias al estudio de un complejo de proteínas denominado AMPK que hace de sensor de la nutrición del cuerpo y actúa para mantenerla equilibrada.
Un mecanismo que regula la energía del cuerpo
Cuando la AMPK detecta que el nivel de glucosa en sangre es bajo, puede acelerar el consumo de grasa para producir energía. Además, también se sabe que consumir grandes cantidades de grasas puede impedir la actividad de este complejo proteico, haciendo que el metabolismo se desestabilice, si bien hasta ahora no se sabía exactamente cómo funcionaba este proceso.
Es por eso que los investigadores se fijaron en un componente del AMPK denominado SAPS3, que tiene un papel importante. Eliminándolo del genoma de un grupo de ratones y alimentándolos con comer con un 45% de continugut de grasa, obtuvieron unos resultados sorprendentes. Al sacarlo, el AMPK de los animales quedó liberado para activarse, haciendo que mantuvieran un equilibrio normal de la energía a pesar de consumir grandes cantidades de lípidos. Así, mantuvieron un peso normal, evitando volverse obesos y desarrollar diabetes.
Un descubrimiento que podría ayudar a reequilibrar el metabolismo
Este descubrimiento podría llevar, en el futuro, a una nueva manera de tratar las enfermedades metabólicas. Si se bloquea este inhibidor de la actividad, se podría ayudar las personas a reactivar su AMPK y reducir la gravedad e incluso superar problemas como por ejemplo la obesidad, la diabetes o la enfermedad del hígado graso, entre otros, restaurando una función metabólica normal que beneficiaría el resto del cuerpo.
El paso siguiente, en que los investigadores ya están trabajando, es al desarrollar moléculas que puedan inhibir el SAPS3 y restaurar el equilibrio metabólico. Además, también quieren estudiar el papel de este componente del AMPK en otros problemas relacionados con el metabolismo, como por ejemplo el envejecimiento o incluso el cáncer.
