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Cómo nos sincronizamos con un ritmo también indica como lo hacemos con las personas

La manera como nos sincronizamos con un ritmo es un indicador de como de bien nos sincronizamos con otras personas. Este descubrimiento sorprendente, hecho por un equipo de investigadores de la Universidad Dartmouth (Estados Unidos), ha estado publicado en la revista ‘Scientific repuertos’ y apunta a que hay una relación clara entre estas dos formas de sincronía que, aparentemente, parecen tan diferentes.

Dando respuesta en el debate sobre la sincronía

Hasta ahora, algunos estudios habían demostrado que el patrón de dilatación de las pupilas de personas que hablan entre ellas se sincronizan de manera espontánea, una señal de atención compartida. Los responsables de este nuevo estudio, pero, querían entender como puede cambiar esta tendencia a la sincronización entre los individuos y mirar de generalizar el fenómeno en varios contextos, puesto que la relación entre los diversos tipos de sincronía ha estado muy discutido.

Todas las personas con los ojos azules descienden de un solo individuo | Pxfuel
Las pupilas se sincronizan con la música y también con las personas con quienes nos relacionamos | Pxfuel

Los resultados han estado sorprendentes: la manera como las pupilas se dilatan y se contraen siguiendo un ritmo sonoro sirve para predecir de qué manera se comportarán en la hora de sincronizarse con otra persona. Así pues, parece que hay algún tipo de mecanismo subyacente, que de momento desconocemos, que une muchas de las cosas, aparentemente diferentes, que denominamos ‘sincronía’.

Un estudio en dos partes

El trabajo está compuesto de dos estudios. Al primero, los participantes escucharon una serie de tonos y se los pidió que indicaran qué eran más suaves a la vez que se monitorizaba la respuesta de sus pupilas. El experimento se llevó a cabo en nueve sesiones separadas en momentos diferentes del día, pero se encontraron variaciones individuales consistentes a lo largo del tiempo, un tipo de ‘firma sincrónica’ de cada cual.

En el segundo estudio, se llevó a cabo el mismo experimento pero también se hizo que los participantes escucharan grabaciones de cuatro historias emotivas a la vez que se los monitorizaban las pupilas. Además, las pupilas de quienes grabaron las historias también fueron monitorizadas mientras las leían. Así, los investigadores pudieron ver como se sincronizaban las pupilas de quienes leía y quienes escuchaba las historias.

Las conversaciones entre personas con acentos diferentes llevan a un fenómeno conocido como
Este estudio incluso puede ayudarnos a comprender mejor las razones de la mayor sociabilidad de algunas personas | Wikimedia Commons

Resultados claros y que generan más preguntas

Los resultados apuntan claramente que, como mejor se sincronizaban las pupilas de los participantes con el ritmo, mejor lo hacían, también, con las pupilas de la persona que los explicaba la historia. Esto, además sin tener contacto visual, cosa que descarta que se tratara solo de mimetismo.

Así pues, parece claro que la sincronía metronòmica y la de la atención compleja compartida tienen un vínculo, un hecho muy interesante y que genera muchas preguntas, especialmente en cuanto a la variación de esta sincronización entre personas. Y si los músicos sincronizan mejor su atención que otras personas? Por qué hay ‘súper-sincronizadores’ y personas que lo hacen mal? Los grandes sincronizadores tienen más facilidades por llevarse bien con otras personas?

Todo ello son preguntas que, a partir de una medida simple, podrían permitir sacar muchas conclusiones. De hecho, incluso podrían ayudar en la investigación sobre el autismo y otros trastornos que no solo tienen que ver con la existencia de problemas de interacción social sino también de sincronía.

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