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Un nuevo descubrimiento permite saber cómo eran las primeras plantas terrestres

Un estudio que se centraba en los mecanismos responsables de las ramas de las plantas y los árboles ha permitido, en un giro inesperado, descubrir como debían de ser las primeras plantas terrestres, aparecidas hace muchísimos millones de años. Según explica un equipo de investigadores en un artículo publicado a ‘Development’, y a pesar de las diferencias en el crecimiento, todas las plantas vasculares tienen un mecanismo común en cuanto a las ramas y, por lo tanto, parece que los primeros ejemplos de esta familia ya lo podrían haber estado.

Maneras diferentes de crecer

Si bien el grupo de las plantas con flor, dominando a día de hoy, pueden ser podadas para estimular el crecimiento de ramas laterales, hay otras plantres vasculares que sufren un proceso denominado ‘dicotomía’, es decir, que cuando se corta una rama se divide en dos. Un ejemplo son las ‘lycophytes’, una antigua alcurnia de plantas que preserva este patrón ancestral.

Estas plantas son de una familia que se remonta a hace centenares de millones de años | Vicky Spencer
Estas plantas son de una familia que se remonta a hace centenares de millones de años | Vicky Spencer

Al experimentar con estas plantas, los investigadores vieron que el mecanismo de la dicotomía está regulado por el transporte de unas hormonas llamadas auxinas. El hecho que tanto estas como las plantas con flor usen mecanismos iguales para las ramas, pues, aunque crezcan de manera diferente, hace pensar que ya existían cuando aparecieron las primeras plantas vasculares, hace unos 420 millones de años.

Un elemento común a todas las plantas terrestres menos los musgos

Combinar este descubrimiento con el grupo de las musgos, que no son vasculares ni hacen ramas, ha permitido a los científicos imaginarse como eran las primeras plantas terrestres, que aparecieron hace 480 millones de años. De hecho, al interrumpir el transporte de las auxinas a los musgos, se ha observado como empezaban a desarrollarse siguiendo un patrón de ramas, tal como hacían los fósiles más antiguos que se han encontrado.

Por todo ello, los investigadores concluyen que las primeras plantas terrestres debían de ser ramificadas y que, en el caso de los musgos, perdieron este proceso durante su evolución. Una conclusión evolutiva muy importante para la comprensión de la aparición y la evolución de las plantas terrestres que, a pesar de sus enormes diferencias, usan mecanismos idénticos para regular su crecimiento. Un descubrimiento que, además, puede ayudar a modificarlas para mejorar la productividad.

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