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Una gran sequía podría haber sido el principio del fin del Imperio Hitita

Una gran sequía, con tres años de lluvias prácticamente inexistentes, podría haber obligado la civilización hitita a abandonar su capital, poniendo en marcha el principio del fin de su imperio, una de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. Esto, cuando menos, es el que afirma un equipo de investigadores en un artículo publicado en ‘Nature’. A partir del estudio de los anillos de los árboles, han detectado una gran carencia de lluvias que coincide con los registros históricos del inicio del colapso de los hititas.

Un gran imperio que se derrumbó de repente

El imperio Hitita controló la mayoría de la península de Anatólia y partes del norte del actual Siria entre el 1650 y el 1200 antes de Cristo aproximadamente. Después del ascenso del rey Suppiluliuma II, pero, que accedió al trono en 1207 a.C., no se conoce jefe más monarca. Así pues, parece que aquella civilización antigua colapsó y desapareció al poco del 1200 a.C., pero las razones han estado desconocidas, cuando menos hasta ahora.

Ramsès II combatiendo los hititas en la batalla de Kadesh
El faraón egipcio Ramsès II combatiendo los hititas en la batalla de Kadesh

Según este último estudio, un cambio en el clima podría haber jugado un papel decisivo en esta desaparición repentina. Los anillos de los árboles en la Anatólia central indican claramente que, entre el 1198 y el 1196 antes de Cristo, su crecimiento fue mínimo, cosa que se atribuye a una reducción extrema de las precipitaciones. Aquellos tres años seguidos de sequía podrían, según los científicos, haber precipitado el abandono de la capital hitita, Hattusa, y puesto en marcha los acontecimientos que hicieron caer el imperio.

Sin comer no se podía alimentar ni pagar el ejército

Al fin y al cabo, tres años de sequía pueden suponer grandes problemas incluso en el mundo actual. En una civilización antigua, habría significado una enorme escassedat de comida, la práctica desaparición de la recaudación de impuestos y, por lo tanto, la carencia de dinero para pagar y alimentar el ejército. Un camino directo a la catástrofe. Esto explicaría porque Hattusa, el centro político y espiritual de los hititas, fue completamente abandonada y, años después, arrasada.

Indicios claros a los registros históricos

Los investigadores examinaron registros históricos de ginebras crecidos entre el 1775 a.C. y el 748 a.C. en la región central de Anatólia. Entre ellos había 23 muestras de anillos de árboles antiguos excavados en un yacimiento situado a 230 kilómetros de Hattusa. Los resultados indicaron que había pruebas de un crecimiento muy reducido sin ninguna señal que la causa fuera un incendio o un ataque de insectos apuntando, pues, que debía de ser la carencia de lluvia.

Además, los autores también examinaron registros modernos del clima. Uno de cada 15 años, la lluvia anual ha estado inferior a los 250mm, por debajo del mínimo de 300mm que necesitan el trigo y la cebada para crecer en la región. Combinando ambos datos se pudo identificar esta sequía extraordinaria que afectó la región durante tres años seguidos y que podría haber contribuido decisivamente a finales de los hititas.

La llamada 'Puerta del Rey' de Hattusa, capital del Imperio Hitita | Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)
La llamada ‘Puerta del Rey’ de Hattusa, capital del Imperio Hitita | Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Una situación demasiada extrema como para resistirla

Una civilización como aquella, pero, estaba preparada para ser resiliente: tenían reservas de agua cerca de sus ciudades, señal que sabían que podía haber sequías, y también podrían haber cambiado de cultivos. Los humanos, al fin y al cabo, siempre han encontrado la manera de sobrevivir en las peores situaciones.

En una sequía de más de dos años, pero, las reservas de comer habrían disminuido mucho, erosionando los cimientos de la fuerza política y económica del imperio y haciéndolo vulnerable no solo a ataques externos sino también a grandes crisis internas. La situación podría haber acontecido demasiada grave como porque la estructura estatal la resistiera, como muestran algunos documentos que hablan de sequías en el Imperio Hitita, poniendo en marcha un proceso que habría culminado en la desintegración de esta civilización.

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