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Encuentran una tumba romana con un ‘conjuro’ para impedir que el muerto se levantara

Un equipo de arqueólogos que excavaba un yacimiento funerario romano en el actual Turquía ha descubierto unos restos que muestran una práctica ritual muy inusual. Según parece, estaban cubiertas de baldosas, cal viva y claves doblados, y los investigadores, en un artículo publicado a ‘Antiquity’, afirman que es probable que todo ello corresponda a un ‘conjuro’ para impedir que el finado volviera a levantarse.

Otros pruebas de entierros de ‘vampiros’

Normalmente, el romanos de la época quemaban sus muertos en una pira y colocaban los restos en la tumba. En este caso, pero, todo ello parece un ejemplo muy antiguo de los conocidos como entierros de ‘vampiros’ que, de vez en cuando, aparecen a varios lugares del mundo, principalmente en la Europa Central y del Este. Sin embargo, además de ejemplos cómo lo de una mujer del siglo XVII encuentro el 2022 en Polonia, enterrada con una hoja sobre el cuello porque no se levantara, también hay muestras de prácticas parecidas en la época romana, como los restos de un niño de 10 años, muerto de malaria en el siglo V, que fue enterrado con una roca en la boca.

Los clavos doblados han dado muchos indicios a los investigadores | Sagalassos Archaeological Research Project
Los clavos doblados han dado muchos indicios a los investigadores | Sagalassos Archaeological Research Project

Indicios de prácticas poco comunes

Los restos quemados, que incluyen tejidos, muestran que la persona muerta iba vestida o amortajada al ser quemada. Además, también había otros objetos, como una moneda del siglo II, algunos restos de cerámica del siglo I, dos urnas de vidrio y un objeto desconocido de hueso y bronce. Todo ello apunta que fue enterrada, pues, siguiendo parte de los ritos funerarios habituales.

La presencia de 41 claves rotos y doblados, pero, sorprendió los autores y los hace pensar que fueron colocados expresamente. Nada indica que fueran claves del ataúd, que normalmente se encuentran intactos, y tampoco eran parte de la pira funeraria, sino que fueron esparcidos posteriormente para formar una ‘barrera mágica’ como la que explican algunos textos antiguo que servían para proteger de las pesadillas o proteger contra enfermedades.

Dos hipótesis y una de preferida

Los autores tienen dos hipótesis sobre esto. O bien querían proteger el muerto de los males de la otra vida, o bien proteger los vivos de su acción maléfica más allá de la muerte. Esta segunda idea es la preferida por los investigadores, que apuntan que el uso de los restos de baldosas podría ser un peso para impedir que se levantara. En cuanto a la cal viva, se usó hasta el siglo XIX para impedir que la miasma de los cuerpos en descomposición esparciera enfermedades. La combinación de todo, pero, hace pensar que quienes enterraron esta persona tenían miedo que volviera a la vida y los persiguiera.

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