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Encuentran pruebas de la elaboración de queso y yogur en el Neolítico

El trabajo conjunto de investigadores de las universidades de Cambridge y York (Inglaterra) y de Torun y Cracovia (Polonia) ha permitido encontrado pruebas de la elaboración de queso y yogur, entre otros productos, ya a finales del Neolítico. Tal como explican en un artículo publicado a ‘Royal Society Open Science’, los habitantes de la Polonia de entre el 7.000 y el 4.500 antes de Cristo usaban la leche de vacas, cabras y ovejas, entre otros, para obtener derivados lácteos.

La intolerancia a la lactosa, el origen del queso y el yogur

La razón de este proceso tiene muchos ecos en el mundo de hoy. Según afirman los autores de este trabajo, aquellos primeros productores de lácteos sometían la leche a estos procesos por reducir la cantidad de lactosa. Tal como recuerda otro estudio reciente, la intolerancia a la lactosa afectaba prácticamente toda la población del mundo hasta finales de la Edad del Bronce. No fue hasta entonces que una mutación genética permitió a los humanos adultos producir lactasa, la enzima que rompe la lactosa. Una mutación que, además, es mucho más presente entre la población europea que en jefe otro lugar del mundo.

En el interior de estos recipientes se han encontrado restos de la elaboración de productos lácteos a finales del Neolítico | Universidad de York
En el interior de estos recipientes se han encontrado restos de la elaboración de productos lácteos a finales del Neolítico | Universidad de York

Pruebas claras del uso de leche de varios animales

Los investigadores estudiaron la elaboración de lácteos a finales del Neolítico identificando residuos con un alto contenido en requesón en envases de cerámica, y es así como van detectado el uso de la leche de varios animales. Un descubrimiento que contribuye mucho a mejorar la comprensión del uso de la leche entre algunos de los primeros ganaderos de Europa Central. Así, si hasta ahora se sabía que los lácteos ya eran presentes a muchas partes de Europa en aquella época, ahora finalmente se tienen pruebas claras de una producción variada en cuanto al origen de la leche.

Un método de análisis que permite aprender mucho

El método empleado para hacer este descubrimiento, además, también es nuevo, puesto que por primera vez a Europa se han comparado los datos proteómicas y analizado la propoción de proteínas de los restos de requesón por encontrado pruebas directas de la elaboración de lácteos. Los resultados permiten, claramente, distinguir los residuos correspondientes al queso y al yogur de los que habría dejado la leche entera.

Gracias a este tipo de análisis, pues, se podría ampliar mucho la manera como entendemos qué uso daban a los recipientes de cerámica los humanos de hace miles de años, mostrando qué técnicas usaban para sellarlos, por ejemplo, pero también qué alimentos se producían a su interior.

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