Una empresa australiana llamada Vow ha creado una albóndiga de mamut. Esta ‘startup’, que se dedica a la carne cultivada, ha usado este mismo método para crear un alimento que, partiendo de la información obtenida de los restos congelados que se han encontrado de estos animales prehistóricos, contiene partes de su ADN y es la imitación más próxima que se ha hecho nunca del que habría estado comerse uno.
Un llamamiento sobre las posibilidades de la carne cultivada
Esta albóndiga de momento no se comercializará sino que, este martes, se incorporó a la colección de ciencia y medicina del Rijksmuseum Boerhaave de los Países Bajos, segundos informa la cadena norteamericana CNN. De hecho, la razón de este proyecto, según Vow, es llamar la atención sobre el potencial de la carne cultivada en una alimentación más sostenible. Es, pues, una estrategia publicitaria, cuando menos de momento.
Reconstruïnt la proteína que da textura, color y sabor a la carne
En cuanto a los mamuts, hace mucho de tiempos que se han ido encontrando restos en muy buen estado de preservación, con el pelo y los tejidos casi intactos. Es por eso que su genoma ha podido ser secuenciado, aprender muchas cosas y, incluso, poner en marcha proyectos que quieren hacerlo volver miles de años después de su extinción.
En este caso, pero, el que hicieron los creadores de la albóndiga de mamut no fue emplear estas muestras de tejido sino que buscaron a las bases de datos genómicas qué es la secuencia de ADN de la mioglobina de los mamuts, la proteína responsable de dar la textura, el color y lo sabor característicos a la carne de cada mamífero.
Como que no estaba completa, la secuencia fue completada con información de los elefantes africanos y, después, van insertar este gen en una célula muscular de cordero, que fue cultivada en el laboratorio. Gracias a esto, crearon 400 gramos de ‘carne de mamut’ que, en realidad, es carne de cordero con mioglobina de este animal. Sin embargo, el aspecto de las células musculares cambió, cosa que hace pensar que debe asemejarse más a la que comían nuestros antepasados.
Nadie se ha atrevido a probarla
No hay nadie, pero, que se haya atrevido a probarla, al menos que sepamos. Como que se trata de una proteína que no ha existido desde hace miles de años, los científicos tenían miedo que produjera alergias peligrosas. Es por eso, también, que no tienen pensado ponerlo a la venta, puesto que hay dudas sobre su seguridad. Sin embargo, Vow sí que está esperando recibir la aprobación del gobierno de Singapur para vender su carne de codorniz cultivada.
