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Descubren el ejemplo más antiguo de plantas con mecanismos de autodefensa

Uno equipe internacional de científicos ha anunciado en la revista ‘Nature Plants’ el descubrimiento del que, a día de hoy, es el ejemplo más antiguo que se ha encontrado nunca de plantas con mecanismos de autodefensa. Con una antigüedad de unos 360 millones de años y encontrado en el sudeste de Irlanda, se trata de un fósil que contiene las pruebas más tempranas que se han observado del desarrollo de tiloses, unas estructuras que protegen la madera tanto de la pérdida de agua como de las infecciones.

Un sistema de protección que existe desde antes de los dinosaurios

Cuando un patógeno bacterial o fúngico infecta un árbol, estos se pueden proteger formando las tiloses, que ‘encapsulan’ la infección impidiendo que llegue al coro de la planta y lo malogre. Si bien todavía no se sabe en qué momento de la evolución de las plantas apareció este mecanismo, gracias a este último hallazgo se puede saber que hace, como mínimo, 360 millones de años, mucho antes de la aparición de los dinosaurios o incluso de los insectos voladores, cuando los continentes eran llenos de los primeros bosques y de los microorganismos, hongos y arácnidos e insectos primigenios que vivían.

El fósil está en un estado de preservación tan bueno que se han podido identificar las pruebas más antiguas de la formación de tiloses
El fósil está en un estado de preservación tan bueno que se han podido identificar las pruebas más antiguas de la formación de tiloses

De hecho, este ejemplo de presencia de tiloses en madera fosilizada es importante porque ha sido encontrado en un tipo de plantas, las progimnospermòpsides, que comprende los primeros árboles que se asemejaban a los que conocemos hoy, con troncos lenyosos, ramas y sistemas de raíces complejos y que, al parecer, ya podían protegerse de las infecciones formando tiloses.

Un fósil muy bien conservado y que permite profundizar en la evolución de las plantas

El fósil, además, se encuentra en muy buen estado de conservación, con el agua que contendía, rica en minerales, preservando los tejidos en tres dimensiones. Esto permite estudiar la anatomía con muchísimo detalle, llegando incluso a nivel celular, pero es un hecho muy poco habitual. Irlanda, de hecho, es conocida entre los expertos de este campo porque tiene algunos depósitos fósiles que cumplen estas condiciones y que, por lo tanto, son una joya para la paleobotànica.

Estudiando la historia evolutiva de las plantas se puede comprender mejor tanto como han cambiado y se han diversificado a lo largo del tiempo como, también, comprender mejor algunos procesos fisiológicos que continúan siendo presentes a las plantas de hoy a través de sus orígenes, aumentando el conocimiento sobre como funcionan los ecosistemas de todo el mundo.

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