Un equipo de arqueólogos ha descubierto un ‘botín de guerra’ egipcio de hace unos 3.500 años consistente en 12 manos derechas cortadas. Si bien las inscripciones a las tumbas de algunos grandes guerreros nos habían permitido conocer esta práctica, que los daba estatus, este hallazgo, presentada en un artículo publicado a ‘Scientific repuertos’, es la primera prueba directa que hay que, realmente, amputaban las manos de sus enemigos y las ofrendaban al faraón como prueba de su valía.
Una aportación cultural de los hikses
Las manos han sido encontradas en pozos en el patio de un palacio de la XV Dinastía en el nordeste de Egipto. La XV Dinastía, que gobernó aproximadamente entre el 1640 y el 1530 antes de Cristo, fueron una serie de reyes que no eran egipcios sino hikses y que controlaron partes del país a la vez que los faraones de la XVI y XVII Dinastías, que sí que eran nativos de Egipto. Durante la época en que ostentaron el poder, introdujeron algunos adelantos tecnológicos, como por ejemplo los arcos compuestos y los carros de guerra, y también costumbres cómo lo de entregar las manso derechos cortadas de los enemigos como parte de una ceremonia.
Manos cortadas con precisión
Las manos cortadas encontradas en este palacio pertenecían, parece, a 11 hombres y una mujer. El análisis de estos restos ha mostrado que no había fragmentos de huesos del brazo enganchados, cosa que indica que fueron tajadas con precisión para ser entregadas como ofrenda. Todo ello formaba parte de un sistema para contar y recompensar los guerreros por sus proezas. Uno costumbre egipcio que, si bien importado, es muy significativo y que, si bien hasta ahora solo era conocido por algunas inscripciones y murales, ahora se tienen pruebas definitivas que se llevaba a cabo.
