Un equipo de ingenieros norteamericanos ha conseguido crear un tejido sintético inspirado en el pelo de los osos polares que pone fin a 80 años de intentos de replicar las propiedades. Los resultados de su último estudio, publicados en la revista ‘ACS Applied Materiales and Interfaces’, son tan buenos que, en el momento de redactar este artículo, ya están siendo desarrollados para hacer productos de uso comercial.
Un funcionamiento contraintuitivo
Es muy sabido que los osos polares viven en uno de los lugares más inhóspitos del planeta, soportando temperaturas bajísimas. Para hacerlo, han desarrollado diversas adaptaciones evolutivas, la más evidente y la más estudiada de las cuales es su pelo. Desde los años 40 del siglo pasado, los científicos se han preguntado de qué manera consigue mantenerlos calientes. Si bien normalmente pensamos que la mejor manera de hacerlo es aislarnos de mal tiempo, en el caso de los osos polares, como se descubrió hace pocas décadas, usan activamente la luz del sol para mantener la temperatura.
Si bien de entrada podría parecer que el pelo negro tendría que ser mejor en la hora de absorber calor que no el blanco, el de los osos polares es extremadamente efectivo en la hora de transmitir la radiación solar cabe en sí de gozo de los osos. Y es allá, precisamente, donde hay la otra mitad del secreto de estos animales: su piel es negra. Así, el pelo hace como si fuera fibra óptica y conduce jefe allá la luz del sol, donde es absorbida calentando el animal. Además, el mismo pelo blanco también impide que este calor vuelva a escaparse, manteniéndola en el interior de los osos.

Una solución muy eficiente inspirada en la naturaleza
A sabiendas de esto, los investigadores crearon un tejido con dos capas: una que conduce la luz visible hacia la capa inferior y esta que, hecho de nailon y cubierta de un material oscuro denominado PEDOT, consigue calentar de manera eficiente. Según las pruebas que se han hecho con él, una chaqueta de este material es un 30% más ligera que si fuera de algodón y permite mantenerse comfortable a temperaturas hasta 10 °C inferiores del que aguantaría una chaqueta de algodón, siempre y cuando haya luz.
Si bien este tejido sea especialmente útil en días asoleados al exterior, sus desarrolladores creen que incluso podría ser muy útil para usar la luz de la iluminación de interiores para calentar el cuerpo. Un hecho que, en climas fríos, podría reducir enormemente el uso de electricidad o de combustibles fósiles para mantener los hogares climatizados centrándose, en vez de esto, al mantener estable la temperatura de las personas.