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Consiguen obtener ADN humano del aire o de una huella en la playa

Un equipo de investigadores afirma que ha obtenido ADN humano y hacer análisis genéticos detallados de el aire, de una huella en la playa e incluso de la agua del mar. Este hito, presentada en un artículo publicado en ‘Nature Ecology & Evolution’, es espectacular desde el punto de vista científico pero, desde el ético, genera dudas importantes en campos como el consentimiento, la privacidad y la seguridad, puesto que significa que nuestra información biológica se puede conseguir prácticamente de todas partes.

ADN de mucha calidad

Este estudio empezó con el uso de ADN obtenido del medio ambiente para estudiar tortugas de mar de especies amenazadas, pero el artículo revela que el ADN humano conseguido es de tanta calidad que incluso se identificaron mutaciones genéticas relacionadas con enfermedades y determinar el origen genético de las poblaciones que vivían cerca de la playa donde se recogieron las muestras.

Gracias a la tecnología, pues, ahora podemos considerar que nuestros datos más personales son de libre acceso al medio ambiente y cualquier persona podría conseguirlas, usando técnicas que hasta ahora se empleaban para hacer el seguimiento de especies protegidas. El hecho, pero, es que las células de la piel, la saliva, el sudor y la sangre pueden ser una fuente de ADN que sirva para los humanos, ya sea para investigaciones policiales, monitorizar la salud de la población o profundizar en nuestro conocimiento del pasado.

La estructura del ADN | D.P.
Los investigadores han conseguido recuperar ADN humano secuenciable de los lugares más insospechados | D.P.

Preocupación por el posibles usos ilegítimos

Esto, está claro, si se usa correctamente. Por otro lado, esta capacidad podría servir para recoger datos, hacer seguimientos genéticos de individuos o grupos, seguir los movimientos de una persona y conseguir mucha información privada. Así pues, el problema que podría suponer es enorme. Además, es difícil de controlar, porque dejamos ADN al entorno continuamente y, por lo tanto, no es posible pedir el consentimiento.

Por todo ello, parece que es necesario aplicar la ética y también regular este ADN obtenido accidentalmente para que no pueda ser incorporado a bases de datos ni comparado con los datos disponibles en los bancos genéticos, cosa que supondría un ataque directo a la intimidad de las personas.

En este estudio, de hecho, y pidiendo permiso, estas muestras accidentales permitieron determinar si correspondían a hombres o a mujeres y establecer la población genética de que provenían. Así pues, el potencial de usos maliciosos de esta capacidad parece muy grande y, por lo tanto, habría que establecer normas claras para evitar que se haga un uso ilegítimo.

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