Un equipo de investigadores de la Universidad de California – Irvine han conseguido que células humanas tengan las capacidades de camuflaje de los calamares. Este adelanto, que ha estado presentado en un encuentro de la Sociedad Química Americana, puede ayudar muchísimo a estudiar estos animales, las células de los cuales no se han conseguido cultivar en el laboratorio, como se puede hacer con las humanas y las de otros muchos animales.
Algunos cefalópodos como los pulpos, las sepias o los mismos calamares tienen la capacidad de camuflarse cambiando de color o bien volviéndose transparentes. Como que no pueden cultivarse células suyas en el laboratorio, pero, los científicos tienen muchos problemas para investigar esta habilidad. Es por eso que los responsables de este trabajo lo han replicado en células humanas.
Como consiguen ser invisibles?
En general, para ser transparente, hay dos maneras de hacerlo: la primera es reducir cuánta luz absorbes usando, normalmente, una coloración basada en pigmentos. La otra, cambiando el índice de refracción de las células, es modificando la manera como se dispersa la luz.
En el caso de los calamares, su piel traslúcida tiene una capa externa de cromatòfors, células que controlan la absorción de la luz y, cuando el calamar contrae o relaja los músculos, estas células se hacen grandes o pequeñas, cambiando el color. Debajo, además, tienen los iridòfors, células de color estructural pareciendo a los cristales de las alas de las mariposas pero que se mueven, reflejando varias longitudes de ola de la luz. Finalmente hay los leucòfors, células parecidas a los iridòfors pero que dispersan todo el espectro luminoso, haciendo que los calamares se vean blancos gracias a una proteína.
Aproximaciones a una habilidad fascinante
El 2015, los mismos investigadores crearon unas ‘enganxines de invisibilidad’ que pueden ocultarse incluso de las cámaras de luz infrarroja. Para hacerlo, modificaron bacterias ‘E. coli’ porque expresessin esta proteína, creando un ‘film’ que podía cambiar de color modulando la refracción de la luz. El paso siguiente ha estado hacer el mismo en células humanas cultivadas en el laboratorio. Al añadir sal a los cultivos, la reflectina se agrupaba cada vez más, haciéndose más y más opaca.
Así pues, los investigadores han conseguido replicar en células humanas una de las propiedades más sorprendentes de los calamares y otros cefalópodos. Un hecho, que además de permitirlos estudiar mejor
