La colaboración entre las personas y las formas de gobierno basadas en la colectividad, además de la inversión en infraestructuras, son claves para asegurar que una sociedad dure mucho de tiempo. Esta es la conclusión a que ha llegado un equipo de investigadores que, en un estudio publicado a ‘Frontiers in Ecology and Evolution’, apunta, en base en el estudio de 24 ciudades antiguas del actual México, cuáles son las características comunes de las que duraron más tiempo.
Ciudades de siglos y ciudades de miles de años
Al fin y al cabo, algunas ciudades de la antigüedad, no solo en México sino en todo el mundo, duraron pocos siglos mientras que otros estuvieron habitadas durando miles de años. El objetivo del equipo responsable de este trabajo, precisamente, hace años que es comprender por qué y de qué manera se producen estas diferencias. En sus estudios han encontrado un patrón amplio de sociedades con buena gobernanza y que miraban por el bienestar de sus poblaciones y que duraban más tiempos que no las ciudades autocráticas y con grandes desigualdades.

Una comparativa entre núcleos próximos
En este caso, pero, se fijaron en ciudades de lugares próximos y en un periodo de tiempo relativamente pequeño: la parte occidental de Mesoamérica entre los años 1000 y 300 antes de Cristo. Para conocer qué tipo de sociedad levantó cada ciudad, se fijaron en las obras públicas, en la economía que las mantenía, los indicios sobre la forma de gobierno… En este último caso, por ejemplo, las representaciones de grupos de líderes, a menudo enmascarados, son una pista importante que el poder era compartido.
Este análisis ha concluido que, entre las 24 ciudades estudiadas, las que tenían formas de gobierno más colectivas duraban más tiempo, hasta 1.000 años más, que no las que estaban debajo

Las claves de la sostenibilidad y la resiliencia
Todo ello es, de hecho, un estudio sobre la sostenibilidad de las ciudades. Normalmente, para hacerlo se buscan correlaciones entre acontecimientos climáticos y ambientales concretos y la respuesta de los humanos pero, en momentos tan lejanos, el cálculo del tiempo puede ser dudoso. En este caso, en cambio, sabiendo que las sequías, los huracanes o las lluvias torrenciales o incluso los terremotos suceden, los investigadores examinaron la duración de las 24 ciudades y qué rasgos en común tenían las que demostraron ser más resilientes. Así es cómo han puesto de relevo la importancia de la gobernanza y de la respuesta política a las crisis y los desastres. Una importancia que, a día de hoy, es todavía más grande.