Un equipo de investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y el Instituto Botánico de Barcelona (IBB) han creado un protocolo para identificar y clasificar insectos polinizadores del registro fósil. En un estudio publicado a ‘Trends in Ecology & Evolution’, a los científicos han determinado los criterios por diferenciarlos otros insectos fósiles que podrían serlo. Esto facilitará el estudio del origen y la evolución de la polinización por parte de insectos.
Un proceso decisivo pero difícil de estudiar en fósiles
La polinización por insectos es un proceso decisivo para la supervivencia y la evolución de las plantas con flor y, en menor medida, de las que no tienen flor visible ni fruto. En el contexto actual de declive de estos insectos en todo el mundo y su impacto en la producción de alimentos, cada vez hay más interés en el origen de esta relación entre ellos y las plantas.
Si bien se pueden reconocer al registro fósil, hasta ahora no había una manera sistematizada de hacerlo. De polinizadores se han encontrado tanto en yacimientos de ámbar como de roca, y es justamente en estos donde se estudian los indicios más antiguos encontrados en el planeta. Cómo se puede, pero, saber qué insectos eran verdaderos polinizadores?

A día de hoy las plantas con flor dominan la mayoría de ecosistemas terrestres del planeta, pero aparecieron durante el Cretáceo inferior, hace unos 100 millones de años, y reemplazaron los bosques de coníferas, gingkos, etc. Desde entonces, las angiospermas han interactuado de manera mutualista con los polinizadores. Seguramente los primeros fueron insectos generalistas, como escarabajos y moscas, que ya habían polinizado las gimnospermas. De hecho, hay fósiles que muestran que ya pasaba.
Sistematizando los polinizadores fósiles
Estudiar un proceso tan complejo en el registros fósiles, pero, es un gran desafío. Para identificar una especie pol·linitzadora de los ecosistemas del pasado no se pueden hacer los análisis actuales, como la formación de frutos en algunas plantas si las visitan ciertos insectos. Por eso hay que definir cuando se considera que un insecto fue un polinizador y establecer las características clave que puedan ser observables en los fósiles.
El estudio ha identificado 193 especies de insectos que se consideran polinizadores, y los autores han establecido cuando aparecen al registro fósil. Combinando datos científicos, se ha desarrollado una clave para diferenciar los insectos fósiles en polinizadores y probables polinizadores y descartar aquellos de que no hay pruebas suficientes.

Así, para poder clasificarlo como polinizador, un insecto fósil tiene que tener grandes de polen adheridos en el cuerpo y pertenecer a un grupo de insectos actuales considerados polinizadores, entre otros. A partir del análisis de todo el registro, se ve que todos los órdenes actuales de insectos con especies pol·linitzadores ya existían antes de la aparición de las plantas con flor, e incluso hay, como los mecòpters o moscas escorpión, que a día de hoy ya no tienen especies pol·linitzadores.
Una relación que se remonta a muy antiguo
Las conclusiones del estudio apuntan que el registro más antiguo de esta relación mutualista se relaciona con un grupo extinct de neurópteros que se originó, como mínimo al, Jurásico superior, hace unos 163 millones de años, mucho antes de la aparición de las primeras plantas con flor. Esta información es muy relevante porque muestra que los insectos han tenido relación estrecha con las gimnospermas desde tiempos muy antiguos. Así, no es sorprendente que algunas plantas con flor descendentes continúen teniendo una relación beneficiosa.