Un equipo de neurólogos de la Unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Hospital Clínico de Barcelona ha puesto en marcha un estudio, pionero en el estado español y de los primeros a Europa, que investigará los factores de riesgo de enfermedades como el Parkinson para anticiparse y conseguir diagnosticar precozmente la enfermedad. Por eso, pide la colaboración de la ciudadanía, para salir adelante un proyecto que puede ser muy importante para avanzar en el conocimiento de este mal.
Una enfermedad que empieza antes del que se piensa
La enfermedad del Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta el sistema nervioso central. A pesar de que se asocia a la vejez, los sujetos inician los síntomas a los 60-65 años y cerca de un 8% de los afectados pueden empezarlos antes de los años 50. En la mayor parte de los casos no se conoce la causa, pero un 5% es hereditaria, pudiendo afectar varios miembros de una misma familia.
Los síntomas típicos aparecen cuando entre el 50 y el 70% de las células productoras de dopamina (neuronas) ya se han perdido. Es decir, la muerte neuronal está muy avanzada cuando se diagnostica la enfermedad. Este es uno de los motivos que puede explicar que los ensayos clínicos con fármacos para parar o revertir la degeneración celular no han demostrado la eficacia esperada.
Cuando las células productoras de dopamina ya han reducido su actividad, es cuando aparecen los conocidos temblores, aunque no todos los pacientes los presentan. El Parkinson presenta síntomas motores (la ralentización motora, la rigidez, temblor, las dificultades en la marcha o el equilibrio) y no motores (fatiga, dolor, estreñimiento, problemas del sueño o de memoria, síntomas cognitivos, depresión, ansiedad, apatía). Muchos de estos síntomas no motores se pueden presentar muchos años antes, configurando la etapa prodrómica o premotora.
Identificar los cambios que indican la aparición de la enfermedad
En la enfermedad de Parkinson, pues, las células cerebrales empiezan a morir mucho antes de la aparición de los síntomas característicos que permiten diagnosticarla. Sin embargo, se sabe muy poco de esta primera fase de la enfermedad, y por eso lo proyecte ‘Envejecimiento Cerebral Saludable’ o HEBA, por las siglas en inglés de ‘Healty Brain Aging’, quiere obtener información.
Si los individuos afectados fueran identificados pronto, cada vez seríamos más cerca del gran objetivo de retardar, parar o revertir el adelanto de la enfermedad. A día de hoy, el Parkinson afecta unas 140.000 personas en el estado español y el envejecimiento de la población hará que la cifra aumente progresivamente. En Cataluña la sufren unas 29.000 personas, un 8% de las cuales tienen menos de 50 años.
Llamamiento a la ciudadanía para participar en el estudio
A la primera fase del estudio, se usan unos cuestionarios sencillos ‘en línea’ de una duración de unos 30 minutos que contienen preguntas sobre factores asociados a un riesgo más elevado de sufrir enfermedades neurodegenerativas. En total, los investigadores necesitan 10.000 respuestas de personas entre 50 y 80 años sin Parkinson ni demencia, para tener una muestra válida. Hasta ahora se han conseguido 2.500 participantes y se espera llegar al objetivo los próximos meses. En una segunda fase, ya activa en algunos individuos, el equipo responsable enviará macetas de olfato, puesto que la pérdida de este sentido es uno de los síntomas más habituales de la etapa inicial de la enfermedad.
Los impulsores del estudio invitan toda la población de entre 50 y 80 años a completar la encuesta para recopilar la información necesaria para reconocer las personas en riesgo de sufrir Parkinson en el futuro.
