Finalmente, el cohete más potente que se ha fabricado nunca ha estallado durante su primer lanzamiento. Después del intento frustrado de lunes, este jueves los 33 propulsores del Super Heavy tenían que llevar la nave Starship fuera de nuestro planeta y a hacer una vuelta a la Tierra. El lanzamiento, que ha tenido lugar en el sur de Texas (Estados Unidos), era considerado un momento histórico no solo por la potencia del Starship, como se ha denominado también a la unión de ambos aparatos, sino porque el módulo superior tendría que ser, si todo va bien, el que usará la NASA, si bien a bordo de un cohete SLS, para volver a la Luna.

Un pequeño problema de presurización
Según informó tanto la misma SpaceX como su CEO, Elon Musk, cuando faltaba muy poco para el lanzamiento, programado para el lunes, se detectó un problema de presurización, con una válvula que se habría congelado y que, como que no volvió a funcionar, obligó a parar la cuenta atrás cuando solo quedaban 40 según para el lanzamiento. Estas circunstancias, está claro, no son extrañas, y los problemas de lanzamiento de la misión Artemis I, que tuvo que ser cancelado dos veces antes de ir al espacio el noviembre de 2022, son el ejemplo más reciente.

Años de trabas
Una vez superada el momento crítico del lanzamiento, el propulsor Super Heavy ha agotado el combustible en algo más de dos minutos y medio después del lanzamiento cuando se tenía que separar de la nave Starship, ambas naves han estallado. Estaba planeado que usara sus motores durante un seis minutos para llegar hasta velocidades orbitales y, después, empezara una vuelta completa a la Tierra que acabaría en aproximadamente una hora y media, reentrando en la atmósfera cerca de las islas Hawái. Después de años de problemas, pero, parece que el Starship continúa estando un poco lejos de ser una realidad. Habrá que esperar para ver qué han sido las causas de la explosión y en qué momento, una vez arregladas, se llevará a cabo un nuevo intento.