En Inglaterra, además de un kilómetro de profundidad, hay un laboratorio subterráneo donde se están estudiando las condicion en que tendrán que vivir los humanos en las futuras colonias que establezcan tanto en la Luna como Marte. En un artículo publicado en ‘npj Microgravity’, un equipo de investigadores de la Universidad de Birmingham explican cómo, a la mina de Boulby, a North Yorkshire, el proyecto Bio-SPHERE quiere resolver algunos de los retos que hay para llevar una vida normal fuera de la Tierra.
Un entorno donde comprobar los efectos de unas condiciones extremas
Estas instalaciones son solo las primeras de toda una serie que quieren estudiar como puede afectar a la salud y a la capacidad de trabajar una estancia de larga duración lejos de nuestro planeta pero, en vez de al espacio, a un satélite o otro mundo. Los investigadores colaboran con el Laboratorio Subterráneo de Boulby, un centro de investigación en física de partículas, y se han instalado en una red de túneles de 3.000 metros cúbicos que atraviesan depósitos de sal de 250 millones de años de antigüedad.
En este entorno, los científicos podan recrear las condiciones en que tendrán que vivir los humanos si se instalan en lugares parecidos a la Luna o en Marte: el aislamiento, la dificultad de obtener nuevos materiales, los problemas para mover maquinaria pesada… A la vez, pero, gracias al aislamiento de la radiación que dan estos entornos subterráneos, los investigadores también podrán comprobar como la profundidad puede proteger los futuros habitantes de las colonias extraterrestres de uno de los riesgos más grandes de vivir en un lugar con mucha menos atmósfera que la Tierra, además de qué riesgo suponen, por ejemplo, los impactos de meteoritos, que pueden afectar las infraestructuras de apoyo vital.
Un primer módulo abierto
La primera parte de estas instalaciones que se ha abierto es un módulo de simulación diseñado para probar procedimientos biomédicos necesaris para crear materiales para tratamientos de daños a los tejidos, como por ejemplo fluidos complejos, polímeros e hidrogeles para medicina regenerativa para cubrir heridas o mitigar los daños y está preparado para trabajar en un entorno estéril y procesar materiales.
Además, un entorno como este es, en general, una gran oportunidad para hacer simulaciones de situaciones en que se pueden encontrar los futuros habitantes del espacio y para probar los efectos que puede tener en parámetros biológicos y fisicoquímicos, en las infrastructures médicas y también en el uso de los recursos presentes al subsuelo por construir un lugar habitable.