La gran explosión de rayos gamma que llegó a la Tierra el mes de octubre de 2022, ahora hace poco más de un año, era tan potente que incluso alteró las capas más exteriores de la atmósfera terrestre. En un artículo publicado en ‘Nature Communications’, un equipo de investigadores presenta los resultados de un estudio que muestra como aquella emisión, proveniente de una supernova que tuvo lugar a 2.000 millones de años-luz de nosotros, fue tan intensa y de una duración tan larga que cargó las partículas de la ionosfera.
Una de las capas exteriores de la atmósfera
Denominamos ionosfera una de las capas de la atmósfera terrestre que se extiende desde unos 60 kilómetros de la superficie hasta más de 950 kilómetros y que contiene plasma cargado eléctricamente. Aproximadamente en mitad de esta capa, a 507 kilómetros sobre nuestros jefes, hay el satélite CSES, fruto de la colaboración entre China e italia y que, en el momento en que los rayos gama llegaron a la Tierra, se encontraba en su camino.

Unas lecturas muy poco corrientes
Gracias a uno de sus instrumentos, pudo registrarse un aumento considerable en el campo eléctrico de la atmósfera. La relación entre esta observación y la explosio de rayos gama, pero, no se estableció de manera inmediata. Normalmente la dinámica de la ionosfera es controlada completamente por la actividad del Sol, y es por eso que lo primero que pensaron los investigadores es que debía de ser consecuencia de una erupción solar.
El registro de erupciones solares durante el periodo en que se detectó el aumento del campo eléctrico, pero, no coincidía con las medidas que se habían hecho. Así pues, a pesar de que no creían que una emisión de rayos gama pudiera causar estos efectos, los científicos estudiaron esta posibilidad contando, también, con datos provenientes del telescopio espacial Integral de la Agencia Espacial Europea. Los resultados que obtuvieron, y que presentan en este artículo, los hicieron cambiar de opinión y darse cuenta que, efectivamente, una explosión de rayos gama bastante grande, aunque se produjera muy lejos, puede tener efectos a toda la ionosfera.

Una advertencia del que podría llegar a pasar
En este caso, la explosión, denominada GRB 221009A, tuvo lugar extraordinariamente lejos, y todavía no se sabe del cierto si fue una supernova o, la otra opción, el nacimiento de un agujero negro. Teniendo en cuenta los efectos que tuvo en la ionosfera, el que tendría que resultar preocupando es que podría pasar si un acontecimiento como este tuviera lugar a nuestra galaxia. Según los investigadores, que precisamente ahora investigan en este sentido, podría llegar a dañar muy seriamente la capa de ozono.