Un equipo internacional de investigadores con participación de la Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB) y la Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC) ha encontrado los que podrían ser los agujeros negros más próximos en la Tierra que se han encontrado nunca. En un artículo publicado a ‘Monthly Notices of the Royal Astronomical Society’, los científicos afirman que podría haber unos cuántos en el clúster de Hyades, el más próximo al Sistema Solar.
Unos objetos fascinantes
Los agujeros negros son uno de los fenómenos más misteriosos del Universo y están siendo estudiados por muchos investigadores de todo el mundo. Además, desde que el 2015 se detectaron olas gravitacionales por primera vez, se han podido observar muchas fusiones de agujeros negros, especialmente cuando son pequeños.

Las simulaciones solo encajan si hay agujeros negros
En este trabajo el investigadores usaron simulaciones para seguir el movimiento y la evolución de las estrellas de la Hyades, que es a un 150 años-luz de nosotros, para reproducir su estado actual. Los clústeres abiertos como este son grupos vagamente unidos de estrellas que comparten propiedades como por ejemplo la edad y las características químicas.
Los resultados de la simulación fueron comparados con las posiciones y las velocidades actuales de las estrellas, que coneiem gracias al satélite Nesga de la Agencia Espacial Europea. La conlcusió es que la masa y la medida de la Hyades solo puede coincidir a la vez si hay algunos agujeros negros en el centro del clúster. En concreto, las propiedad observadas se reproducen más cuidadosamente en simulaciones donde hay dos o tres agujeros negros, si bien si fueron expulsados hace menos de 150 millones de años también podrían ser parecidos.

Mucho más cerca que el que tenía el récord hasta ahora
En cualquier caso, los resultados apuntan que los agujeros negros del Hyades o bien son en el interior del clúster o bien muy cerca. En cualquier de los dos casos, serían los más próximos al Sol que conocemos, superando de mucho el agujero negro Gaia BH1. Este estudio es uno de los muchos adelantos que se han conseguido gracias a el observatorio Nesga, que permite por primera vez estudiar la posición y velocidad de clústeres abiertos en detalle e identificar con suficiente confianza estrellas individuales.