Un equipo de astrónomos anunció hace pocos días la detección, por primera vez, de la radiación causada por el choque de dos planetas. En un artículo publicado en ‘Nature’, detallan como estos dos mundos, de una medida parecida a la de Neptuno, protagonizaron una colisión cataclísmica que los destruyó, dejando un rastro de luz infrarroja.
Los investigadores atribuyen esta emisión a las restos incandescentes de los planetas. Hasta ahora, estos restos eran, precisamente, entre las únicas pruebo que se habían encontrado de choques entre planetas, pero en este caso, detectado en un sistema solar situado a 1.800 años-luz de nosotros, todavía emiten calor porque la colisión ha tenido lugar hace poco.
Un descubrimiento casual
Los responsables de este descubrimiento no buscaban este tipo de accidentes cósmicos sino solo exoplanetas con anillos. Para hacerlo, repasaven datos obtenidos por telescopios buscando estrellas la luminosidad de las cuales variara de maneras poco habituales. Entre las obtenidas por el proyecto ASAS-SN, que busca estrellas que estallen, se vio como la estrella ASASSN-21qj cambiaba de brillantez de manera extraña.
Durante el análisis, y con la ayuda otros expertos, se vio como la estrella era cada vez menos brillante pero, a la vez, aumentaba las emisiones en el espectro infrarrojo, un hecho que empezó unos 900 días antes de que ASASSN-21qj empezara a brillar menos. Así es como se dieron cuenta que un impacto cataclísmic podría explicar todos los datos extraños que se habían recogido, y empezaron los cálculos sobre la medida de los planetas y como su destrucción debía de haber creado un objeto con forma de donut y hecho de roca evaporizada que brilla en el espectro infrarrojo.
El posible nacimiento de un nuevo planeta
Sobre que pasará con estos restos, los autores del artículo afirman que, un día, podría juntarse y formar un planeta, una luna o un disco de restos. Cuando pasará esto, pero, no está claro, puesto que podría tardar unos cuántos años o unos cuántos miles, puesto que no hay modelos avanzados sobre las consecuencias de la colisión entre dos planetas. En cualquier caso, observar estos restos podría ayudar a mejorarlos y a comprender mejor este fenómeno.