Miembros del museo de Worcestershire —un condado al sur de Birmingham— encontraron uno de los mayores tesoros romanos de toda Gran Bretaña. Gracias a un detector de metales pudieron descubrir 1,386 monedas romanas —la mayoría denarios de plata— escondidas dentro de una olla. Este hallazgo representa un hito para la historia romana de Gran Bretaña, ya que muestra la importancia del comercio dentro del Imperio Romano y hasta qué punto estaban integradas las poblaciones britanas dentro de la estructura financiera romana y el proceso de romanización que las diferentes poblaciones conquistadas sufrieron. Cabe destacar que este tesoro ha sido valorado en 100,000 libras (unos 119,000 euros).
El doctor Murray Andrews, profesor de Arqueología Británica en el Instituto de Arqueología de la UCL, señala que estas monedas son “uno de los tesoros romanos más grandes jamás encontrados en Gran Bretaña. Nos permite entrever un breve momento en el tiempo hace 2000 años, cuando las fronteras del Imperio Romano se extendían desde el norte de África y el Próximo Oriente hasta las colinas de Malvern y el río Severn”.
Los investigadores trabajan con la hipótesis de que esta cantidad de monedas correspondería a “gastos militares, quizás pagos oficiales a un granjero o comerciante local rico, que suministraba grano y ganado al fuerte romano de Worcester” —Worcester era una población que durante muchos años sirvió de frontera entre la Gran Bretaña romanizada y las tribus britanas. “Fue enterrado en una época de disturbios en las fronteras galesas, cuando grupos locales como los siluros lucharon contra el avance del ejército romano, por lo que es posible que el propietario original estuviera tratando de proteger su dinero de la amenaza del conflicto y las incursiones fronterizas”, añade Andrews.

Las revueltas britanas, el motivo de ocultarlo
En el año 55 d.C. se produjo la victoria final de los romanos contra la revuelta del líder celta Carataco. Worcester es una población muy cercana a la actual frontera de Inglaterra y Gales y en la antigüedad sirvió para mantener las revueltas de las tribus britanas bajo control. Después de esta derrota las tribus britanas se reunieron bajo la comandancia de Boudica, una líder de la tribu de los Icenos que conspiró una nueva revuelta contra los romanos. Sería precisamente esta inestabilidad y la amenaza de los pueblos libres del dominio romano lo que habría llevado al propietario de este tesoro a ocultarlo en ese mismo 55 d.C.
