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La Costa Daurada celebra el cambio de paradigma sobre los pélets
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El pasado mes de diciembre el barco mercante Toconao perdió seis contenedores ante las costas de Portugal. Adentro se transportaban más de 20 toneladas de pélets de plástico que acabaron en las aguas de Portugal y se fueron extendiendo hasta llegar a Galicia y Asturias. La crisis de los pélets (y la exigua respuesta de la Xunta de Galicia) puso el foco sobre la presencia y el peligro de estos microplásticos para los ecosistemas. La realidad que se vivió en Galicia -justo en medio de la campaña de las elecciones gallegas- hizo que en Cataluña despertaran las voces que durante muchos meses parecieron olvidadas y silenciadas.

A Vila-seca, Tarragona, el problema de los pélets se ha ido cronificando con el tiempo y en 2018 se presentó la primera denuncia contra el vertido de estos microplásticos y, ahora, parece que ha cambiado algo. Good Karma Project fue una de las dos entidades pioneras a llevar a los juzgados estos vertidos y Jordi Oliva, uno de los miembros de esta plataforma ecologista, ha querido poner énfasis en el cambio que se ha vivido desde que explotó la crisis gallega: “La administración está en marcha por primera vez”. El ecologista destaca que no es el único cambio, la ciudadanía ha adquirido “una percepción social, todo el mundo ha podido conocer la afectación por contaminación por pélets”.

Operarios de la Xunta de Galicia limpiando la presencia de pelets a la costa gallega | Xunta de Galicia
Operarios de la Xunta de Galicia limpiando la presencia de pélets a la costa gallega | Xunta de Galicia

El Ayuntamiento de Vila-seca ya se puso en marcha, y el pasado mes de enero inició los trámites para emprender acciones legales por “la presencia y vertido” de pélets en sus playas (de hecho el consistorio de la localidad ya lo denunció el 2019 y 2020 ante la Autoridad Portuaria de Tarragona, el Departamento de Territorio de la Generalitat, a la Agencia Catalana del Agua, la Agencia de Residuos de Cataluña y el Seprona de la Guardia Civil). También en enero, la fiscalía de Tarragona anunció la apertura de una investigación para esclarecer la procedencia de los pélets que se van acumulando al litoral tarraconense.

Galicia, un antes y un después

La crisis de los pélets al litoral portugués y gallego hizo que el foco social cayera sobre el vertido de pélets y Tarragona y la suya, silenciada, crisis entró al tablero de juego. Jordi Oliva ha querido destacar la importancia que tuvo el desastre ambiental en Galicia y su puesta en la escena mediática: “El hecho que pasara aquello de Galicia ha servido de catalizador para poder poner el foco sobre Tarragona”. Una crisis gallega que ha acelerado los trámites de las administraciones, también a Europa. El pasado mes de abril el Parlamento Europeo salió adelante la regulación para prevenir pérdidas de pélets y reducir la contaminación de microplásticos.

Este paso hecho por el Parlamento Europeo supone que cada vez está más cerca la ley catalana de residuos, que tiene que salir a consulta pública y Jordi Olvia la espera para “los próximos meses”.

Detalle de los pelets recogidos en la playa del Rincón de Vila-seca | Ariadna Escoda (ACN)
Detalle de los pélets recogidos en la playa del Rincón de Vila-seca | Ariadna Escoda (ACN)

Las empresas, las últimas grandes señaladas

Con el cambio de actitud por parte de las administraciones, las industrias han quedado como las últimas grandes señaladas por la contaminación producida y por la nula comunicación que mantienen con los estamentos sociales. Víctor Álvarez, miembro de Ecologistas en Acción, señaló en una conversación con Mundo Planeta que a las industrias petroquímicas que se encuentran al litoral de Tarragona no los preocupa estos vertidos de pélets, puesto que “lo que pierden es un 1% de la producción y es asumible”. Jordi Oliva, por su parte, ha querido destacar el secretismo que las rodea y explica que no han recibido “ninguna comunicación” de las empresas desde que se produjo la crisis de los pélets en Galicia y se puso el foco a la Costa Daurada.

Imagen de los pelets recogidos en la playa La Pineda, en el municipio de Vila-seca (Tarragonès) / ACN

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