Las olas de calor que se están sufriendo a varias partes de la Asia están llegando al límite de la tolerancia humana. Si bien el fin de semana pasado llovió en el norte de India, aliviando un poco la situación, la semana pasada en el estado de Uttar Pradesh, donde viven 220 millones de personas, se registraron temperaturas de 47 °C, haciendo que los problemas de salud relacionados con el calor se multiplicaran.
La región más poblada del mundo es la más afectada
De momento no hay cifras de muertes disponibles, pero entre India y el sur de Asia se podrían contar por miles. En cualquier caso, la situación en toda la región es un ejemplo más de como los efectos de la crisis climática están amenazando muy gravemente la vida de más de 1.000 millones de personas, puesto que una de las regiones donde los impactos son más graves es, precisamente, la más poblada del mundo.

Al nordeste de China, por ejemplo, se espera que las temperaturas continúen superando los 40 °C en algunas ciudades mientras que en la capital del Pakistán, Islamabad, los termómetros se ensartaron hasta los 39 °C antes de que las lluvias del fin de semana, como India, dieran un descanso muy necesario.
La capacidad de adaptación tiene un límite
En el caso de India, como también el del Pakistán y otros países de la región, la capacidad de adaptación es crucial para ver como evolucionará la situación en el futuro. Sin embargo, mantener a raya la subida constante de las temperaturas es indispensable, porque hay ciertas condiciones que pueden hacer que regiones enteras sean, simplemente, no aptas para la vida humana.

De entrada, las olas de calor de mayo y junio, que son típicas del sur de Asia, cada vez empiezan más temprano y acaban más tarde, con temperaturas superiores a los 40 °C durante muchos días seguidos. La situación ha hecho que los últimos años se tuviera que clausurar escuelas, se perdieran cosechas y la presión sobre los suministros fuera enorme porque las autoridades, en estas situaciones, recomiendan quedarse a casa e hidratarse mucho.
A largo plazo, pero, las predicciones sobre cómo evolucionarán estas olas de calor apuntan que, el 2050, podrían hacer imposible el descanso incluso a la sombra en 2050, cosa que afectará la calidad de vida, la productividad al trabajo y el crecimiento económico de una zona donde viven hasta 480 millones de personas. A pesar de que India ya ha tomado medidas para mitigar el impacto de las temperaturas, por ejemplo cambiando los horarios laborales de las personas que trabajan al exterior y aumentando la pedagogía sobre como actuar durante las olas de calor.

Las lluvias del monzón, otro problema
El final de las olas de calor, además, también tiene sus problemas asociados. La llegada del monzón, la época de lluvias, marca el fin de los sufrimientos por las altas temperaturas, pero el cambio climático ha hecho todavía más violentas unas lluvias que, de entrada, ya lo eran fuerza, provocando corrimientos de tierras e inundaciones muy importantes, que han llegado a anegar pueblos enteros, arrancar árboles e interrumpir el suministro eléctrico.

