El cambio climático y la contaminación son factores que van de la mano. Una de las claves se encuentra en la desigualdad económica entre clases, ya que las 50 personas más ricas del mundo generan, en una hora y media, más emisiones que una persona durante toda su vida. Un informe de Oxfam Intermón denuncia esta desigualdad entre la clase trabajadora y la clase dominante titulando el estudio como «La desigualdad de las emisiones de carbono mata». Uno de los factores clave es que las 50 personas más ricas del mundo realizan 184 vuelos privados cada año, cifra que equivale a estar 425 horas en el aire y que genera el mismo volumen de emisiones que generaría cualquier otra persona en 300 años. Además de los vuelos, los ricos disponen de yates privados, y en un año estas embarcaciones generan la misma cantidad de emisiones que generaría una persona en 860 años.
Algunos de estos ricos señalados son Jeff Bezos, fundador de Amazon; la familia Walton, los herederos de la cadena de supermercados americana Walmart, y el magnate mexicano Carlos Slim. El informe de Oxfam señala que los dos aviones del fundador de Amazon volaron cerca de 25 días y las emisiones generadas equivaldrían a lo que generaría un trabajador de la compañía en 207 años. En cuanto a la familia Walton, los tres yates de lujo de los que disponen causaron una huella de carbono igual a la que producirían los 1700 trabajadores de la empresa. Finalmente, Carlos Slim realizó un total de 92 viajes con su avión privado, y la distancia recorrida equivaldría a dar la vuelta al mundo cinco veces; generando una contaminación elevada.
Uno de los otros factores que señala el informe es que los ricos no solo contaminan con su estilo de vida, sino que cuando reinvierten su gigantesco patrimonio lo hacen en industrias muy contaminantes como son el petróleo, la minería, la industria del transporte y el cemento, sectores económicos que suponen el 40% de las inversiones.

La crisis climática, impávida contra los pobres
El informe de Oxfam Intermón señala que la contaminación que generan los países ricos termina perjudicando directamente a los países pobres. Además, la contaminación ha causado daños al sector económico de la clase trabajadora, ya que desde 1990, las emisiones del 1% más rico han provocado pérdidas de cosechas que podrían haber alimentado a 14,5 millones de personas cada año entre 1990 y 2023. Una cifra que complementan con la que desde ahora y hasta el año 2120 el calor extremo golpeará de forma drástica a la clase trabajadora porque ocho de cada diez muertes causadas por el calor extremo golpearán a los países de rentas bajas y no a los países ricos.
