Una cosa tan sencilla como pasar un insecticida por el microondas puede conseguir que vuelva a ser efectivo contra mosquitos que han desarrollado resistencia. En un artículo publicado al ‘Malaria Journal’, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos) ha descubierto que, con este proceso tan sencillo, un cambio en la estructura de los cristales de la deltametrina, uno de los insecticidas más empleados al mundo, consigue resultados sorprendentes.
Descubierto por casualidad
El descubrimiento fue totalmente casual. Los investigadores trabajaban en el crecimiento de los cristales y empezaron a experimentar con el DDT, un producto muy famoso y empleado en el siglo pasado pero que fue prohibido por su toxicidad. Después pasaron a hacerlo con la deltametrina, que se incorpora a las mosquiteres o se aplica a las paredes y otras superficies de los hogares a las zonas más afectadas por la malaria.
Si el mismo equipo ya había descubierto que calentar la deltametrina cambia la estructura de los cristales, haciendo que actúe más rápido, el cierto es que hasta ahora no se había pensado que hacerlo le pudiera dar una segunda vida. Un procedimiento muy simple y a la vez tan importando que resulta sorprendente que a nadie se le hubiera acudido antes.

Una gran efectividad
Los investigadores calentaron una formulación en polvo de la deltametrina, llamada D-Fense Dust, en un microondas durante cinco minutos. Después, probaron el producto resultante en cinco tipos diferentes de mosquitos
Los resultados son muy importantes porque la resistencia a los insecticidas son un problema grave en la hora de controlar las poblaciones de mosquitos y, por lo tanto, la propagación de las enfermedades que transmiten. Sabiendo que calentar la deltametrina se consigue que recupere la efectividad, se podrían desarrollar nuevas maneras de combatir la proliferación de estos insectos.
La aplicación de este descubrimiento, pero, no puede ser inmediata, puesto que el uso de la deltametrina a menudo incluye mezclarla con fibras en la hora de hacer sábanas, por ejemplo, cosa que podría cambiar otra vez la estructura de los cristales. En cualquier caso, supone un adelanto interesante y que abre una nueva vía para investigar en este sentido.