Escuchar música o cantar durante el embarazo cada día puede ayudar los bebés a nacer con una capacidad más elevada para codificar neuronalmente los sonidos del lenguaje. Así lo concluye un estudio liderado por la Universitat de Barcelona (UB) y que demuestra los beneficios que tiene esta práctica en el desarrollo de los fetos. Publicado en ‘Developmental Science’, este trabajo aporta nuevas perspectivas sobre los efectos de la exposición prenatal a la música en los estímulos del habla.
La música mejora la percepción del tono por parte de los bebés
La investigación se ha hecho a partir de una respuesta cerebral específica, la del seguimiento de frecuencia neonatal (RSF), un potencial que informa de la codificación neuronal adecuada del sonidos del habla. Según los resultados del estudio, la exposición musical diaria durante las últimas semanas del embarazo se asocia con una codificación mejorada de componentes de sonido de baja frecuencia y esto pudría mejorar la percepción del tono por parte del bebé.
La RSF está condicionada por diversas deficiencias del habla y el lenguaje y se ha demostrado que también está afectada por el ambiente fetal y el entorno acústico prenatal. Es por eso que los investigadores afirman que aquestra medida podría ser un biomarcador para detectar riesgo de alteraciones del lenguaje y tomar medidas preventivas a primeros de la vida.

Un descubrimiento que podría llevar a crear terapias
El trabajo se ha basado al comparar los registros de la RSF de 60 neonatos sanos de entre 12 y 72 horas. A 29 de ellos se los expuso diariamente a música durante el periodo prenatal y 31 no tuvieron. En concreto, se analizó su registro por encefalograma a dos estímules de habla diferentes: el /da/, el más empleado en la investigación en RSF y neonatos; y el /oa/, que permite analizar la codificación de frecuencias a que el neonato ha sido expuesto al útero.
Los resultados indican que la exposición diaria a la música durante el último trimestre de embarazo se relaciona con una codificación más robusta de los estímules del habla. Esto es porque se asocia con una codificación afinada de la frecuencia fundamental del habla humana, cosa que puede facilitar el procesamiento y la adquisición temprana del lenguaje.
El trabajo también constata que la exposición a la música durante el embarazo no afecta la velocidad de transmisión neuronal, en contraste con un procesamiento más rápido de los estímulos auditivos y del habla identificada en adultos con formación musical, resultado de la mielinización de las estructuras neuronales subyacentes. Todo ello es un primer paso hacia aplicaciones clínicas específicas puesto que, en niños que presentan una respuesta cerebral atenuada, como por ejemplo los nacidos con bajo peso normativo, se podrían beneficiar de un programa de intervención musical.