Un equipo de científicos ha reconstruido la cara de una chica de 16 años que murió en el siglo VII gracias a los análisis de su cráneo. Tal como explican desde la Universidad de Cambridge, a pesar de que fue enterrada a Inglaterra, los investigadores han descubierto que era originaria de Europa Central y que cambió de dieta coincidiendo con este traslado.
Una imagen muy próxima a la real
El artista forense Hew Morrison usó las medidas del cráneo y datos de la profundidad de los tejidos de chicas caucásicas para mirar de descubrir qué cara tenía. A pesar de que sin un análisis de ADN no podemos estar seguros que el color de los ojos y de los cabellos sea el correcto, el experto afirma que ha aconeguit acercarse mucho a qué debía de ser su aspecto poco antes de morir. Así, por ejemplo, su ojo izquierdo estaba más abajo que el derecho, uno salvo que debía de verse bastante en vida.

Un largo viaje
El que ha permitido saber que no era inglesa han sido los análisis de los huesos y los dientes, que apuntan que, en algún momento después de los 7 años, marchó de un lugar próximo en los Alpes, probablemente al sur de Alemania, hacia Inglaterra. Una vez allá, la cantidad de proteína a su dieta va disminuïr ligeramente. Esto, además, fue poco antes de su muerte, cosa que quiere decir que no debía de vivir mucho tiempo después de hacer este largo viaje, que la llevó de un lugar montañoso a una parte muy plana de Gran Bretaña, en un lugar donde incluso la comida era diferente.

Los investigadores apuntan a una conexión con los primeros cristianos ingleses
A pesar de que los análisis apuntan que murió de alguna enfermedad, cuál es continúa siendo un misterio. El que sí que se sabe, pero, es que se integró al alta sociedad de la época, puesto que fue enterrada en una cama de madera, muy bien vestida y con una cruz de oro y rubíes conocida como la Cruz de Trumpington. El suyo, además, es uno de los únicos 18 entierros en una cama que se han encontrado a todo el Reino Unido, y la cruz es una de solo cinco de semblantes que se han encontrado. Esto, además, apunta que debía de ser una de las primeras conversaciones al cristianismo, puesto que Inglaterra fue evangelizada a partir del 597, cuando el Papa envió san Agustín de Canterbury.
El parecido de los resultados con otras mujeres que fueron enterradas de manera parecida hace pensar que formaba parte de un grupo de mujeres que viajaron de Europa Central en Inglaterra durante el siglo VII, a pesar de que las razones todavía son desconocidas. De hecho, los sepulcros con una cama son una tradición funeraria bastante conocida del sur de la Alemania de la época, y esto, junto con las cruces ornadas y el momento en que murieron, hace pensar en un movimiento europeo de mujeres de clase alta muy involucradas en la expansión del critianisme.

